Concluyó el Foro “Realidad y Retos del Maíz Originario y la Agricultura Orgánica en la Ciudad de México”. Entre sus demandas más sentidas están incluir en la Constitución de la Ciudad de México el rescate del maíz nativo; reorientación del gasto público que se destine al campo y generar políticas públicas idóneas a las necesidades de los campesinos y productores del Valle de México.
El coordinador del Grupo Parlamentario de Movimiento Ciudadano en la Aldf, Armando López Campa, indicó que los especialistas y mujeres y hombres del campo participantes en este encuentro, solicitaron también no aplicar recortes de gasto público en programas sociales y productivos; proteger a campesinos y productores del despojo de tierras y aguas por parte de autoridades o grandes empresas inmobiliarias y mantener programas de apoyo técnico y de investigación.
Este foro se realizó en el Auditorio Benito Juárez de la Aldf, en cuya intervención, López Campa lamentó que el crecimiento de la mancha urbana, falta de apoyos, baja rentabilidad de los cultivos tradicionales, utilización de variedades diferentes de semillas, escasez de créditos, falta de agua, obstáculos para la comercialización de la producción y la brecha generacional, son algunos de los factores que inciden en la merma de la producción agrícola capitalina.
Sostuvo que de las 16 delegaciones políticas, actualmente sólo cuentan con producción agrícola significativa: Álvaro Obregón, Cuajimalpa, Milpa Alta, Magdalena Contreras, Tláhuac, Tlalpan y Xochimilco.
Dijo que el desarrollo de nuevas tecnologías, la creciente demanda de productos orgánicos y tradicionales, tanto a nivel nacional como internacional, pueden representar ventanas de oportunidad.
“Por estas razones es de la mayor importancia redefinir políticas públicas y apoyos hacia el campo de la Ciudad de México y esto se debe hacer con la participación de especialistas, autoridades y campesinos y productores”, manifestó.
Reveló que el maíz nativo de la Cuenca del Valle de México ha sido uno de los productos más afectados por el abandono del campo, por lo que la producción del mismo se ha visto mermada considerablemente, alcanzando un récord no mayor de 400 mil toneladas de maíz al año.
“De esta forma, se ha afectado la parcela que produce el maíz nativo, producto alimenticio que forma parte de la canasta básica y que es utilizado, entre otros, para la producción de almidones y como insumo para la elaboración de aceites, barnices, pinturas, caucho y jabones”, indicó.
También precisó que 80% de los alimentos que se consumen en la Ciudad de México proceden de otras entidades o se importan; casi el 90% de la producción agrícola se realiza en condiciones de temporal y 80% de la superficie cultivable corresponde a cultivos cíclicos principalmente de avena forrajera y maíz.
“En México se conocen aproximadamente 67 razas de maíz y se sabe que existen más de 2 mil variedades, gran cantidad de ellas son originarias de la Ciudad de México. Entre las principales variedades encontramos el arrocillo, el cacahuacintle, el cónico y el chalqueño”, expuso.
La población económicamente activa ocupada en actividades agropecuarias asciende a unas 16 mil personas distribuidas en 11 mil 543 unidades de producción familiar, mientras que unas 22 mil 800 hectáreas de tierra se dedican a la producción de cultivos principalmente en las citadas, donde se producen maíz, frutales, hortalizas y animales para consumo familiar.