Ciudad de México, 22 de abril de 2023.- Autoridades agropecuarias del país se sumarán al proyecto general de desarrollo del Istmo de Tehuantepec, una franja territorial siempre codiciada por diversas administraciones púbicas federales nacionales e internacionales.

La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Agricultura) informó el miércoles pasado que, junto con el Corredor Interoceánico-Istmo de Tehuantepec (Ciit) y la Universidad de Veracruz iniciaron encuentros de trabajo para impulsar proyectos estratégicos para el desarrollo del sector agroalimentario y agroindustrial en el Istmo de Tehuantepec, con el uso de la innovación y las tecnologías.

Esta iniciativa busca converger políticas públicas, programas y acciones dirigidas a la conservación y aprovechamiento del capital natural de la región.

Pretende también fomentar una agricultura sostenible, competitiva e inclusiva, que incida en el desarrollo de este territorio y el crecimiento de su sector primario, al tiempo que se fortalecen sus cadenas productivas y su valor agregado, bajo el principio de una agricultura circular y bioeconomía en su conjunto.

En el marco de la décima sesión del seminario Iniciativas para el Desarrollo Agroalimentario y Agroindustrial del Istmo de Tehuantepec 2022-2023, expertos y especialistas participaron en el encuentro: Retos de la conservación de los recursos naturales en la producción agroalimentaria, bajo la dinámica de acopiar conocimiento y casos de éxito que contribuyan a mejorar la producción del campo en el Corredor Interoceánico.

El coordinador general de Agricultura de la Secretaría, Santiago Arguello Campos, indicó que el sector agroalimentario enfrenta retos en materia de cambio climático y desarrollo de una actividad productiva sostenible para garantizar la seguridad alimentaria en el país, con soberanía y asequibilidad, sin ampliar la frontera agrícola, al tiempo que se incrementa la productividad y se comparte mayor valor a quienes se dedican a la actividad primaria.

Arguello destacó la importancia del trabajo conjunto en el encadenamiento productivo, que se refleje, por ejemplo, en la creación de agroparques, donde se vincule a productores de pequeña y mediana escala, al tiempo que obtienen valor agregado en sus productos y mejores condiciones de comercialización.

En esa reunión, el titular de la Unidad de Desarrollo Regional y Bienestar Social del Corredor Interoceánico-Istmo de Tehuantepec (Ciit), Héctor Ramírez Reyes, indicó que el Programa de Desarrollo del Istmo de Tehuantepec tiene alcance regional, emblemático en esta administración, con enfoque de integralidad, sustentabilidad y productividad, que abarca al sur sureste del país.

Afirmó que en el desarrollo de Istmo de Tehuantepec se realizan trabajos en coordinación interinstitucional y multisectorial, enfocados a impulsar su crecimiento económico y productivo, a través de cadenas productivas estratégicas y la instrumentación de políticas públicas para el desarrollo del sector agroalimentario y agroindustrial.

Mientras que la directora general de Políticas, Prospección y Cambio Climático de Agricultura, Sol Ortiz García, expuso que el registro de datos en la región indica una prioridad media y alta en la atención de la biodiversidad biológica. Dijo, 36 por ciento de la región del Istmo de Tehuantepec presenta algún grado de erosión y tendencia a la reducción de precipitaciones, lo que implica realizar labores de restauración, recuperación de suelos y uso sostenible del agua.

En las proyecciones de variabilidad climática, consideró que en el desarrollo de políticas agroalimentarias es prioritario seleccionar cultivos con bajo consumo de agua y aplicación de acciones de adaptación y mitigación, lo cual promueve sistemas alimentarios sostenibles y productivos y áreas de oportunidad en la agricultura.

En atención al tema, citó acciones integrales, como un mejor aprovechamiento del agua, el uso de innovación y tecnologías y la medición de la huella hídrica, que ya se trabaja en cultivos de trigo y nogal y en 86 distritos de riego para promover medidas y un mejor uso del agua en la agricultura.

Resaltó que la Estrategia Nacional de Suelo para la Agricultura Sostenible (Enasas) tiene el compromiso de mantener suelos sanos y productivos, con 120 líneas de acción, basadas en el manejo de la ciencia, el conocimiento y el acompañamiento de la Alianza Mundial de los Suelos, para la certificación de productores líderes en promover prácticas sustentables, a través del programa Doctores de los Suelos y en colaboración con el Programa Universitario de Estudios Interdisciplinarios del Suelo (Pueis) de la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam).

Con la recuperación de biodiversidad, dijo, se estabiliza la frontera agrícola, que suma en la coexistencia de sistemas productivos y en mantener el hábitat de especies y polinizadores, así como la adopción de prácticas sostenibles en la producción de café, cacao, miel y vainilla, para tener un sello certificado de producción amigable con el ambiente y mejor aceptación en los mercados globales.

Chontalpa, antecedente agropecuario
La Chontalpa es una de las cinco subregiones (Chontalpa, Centro, Sierra, Ríos y Pantanos) productivas en las que se divide el Estado de Tabasco. Su nombre deriva del grupo étnico chontal que se asienta en el área.

Una de las estrategias seguidas en la década de los 60-70 en las regiones tropicales en México, fue la de crear planes de desarrollo agrícolas que incluyeran la creación de poblados dentro de los mismos, con beneficios mutuos para productores y regiones agrícolas. Se manejaba la hipótesis que estos poblados deberían tener mayor desarrollo que las 44 localidades vecinas no incluidas en el Plan. Los poblados incluidos en el Plan Chontalpa presentan, en la actualidad, mejores condiciones de desarrollo, pero en lo referente a las condiciones socioambientales han presentado cambios desfavorables que se reflejan en el Ecosistema actual.

Tuvo su mayor relevancia nacional durante la administración de Luis Echeverría Álvarez (1970/1976), pero 10 de agosto de 2008, una nota del diario capitalino La Jornada expuso que “hace 43 años, el proyecto de desarrollo agrícola Plan Chontalpa prometía convertir esa región en “el granero del país”. En sus buenos tiempos llegó a producir 30 mil toneladas de arroz. Hoy, sus campos de cultivo languidecen, la planta y la maquinaria están casi en ruinas, y los ejidatarios enfrentan problemas de cartera vencida.

La nota de René Alberto López señala que “pese a que en esta región es notoria la crisis de otros cultivos, el caso del arroz es emblemático, pues el año pasado los campesinos sólo cosecharon 9 mil toneladas y tuvieron pérdidas en 3 mil hectáreas de las 8 mil sembradas. Para este año los arroceros de la región esperan, “si bien les va”, una producción de entre 15 mil y 18 mil toneladas.

Los productores atribuyen el fracaso a varios factores, principalmente a la mala administración en todos los niveles, pero también a la desaparición del sistema de trabajo colectivo de las tierras ejidales, la falta de créditos y de comercialización, la contaminación petrolera, la sequía y las plagas.

Ahora, al sur de esa misma región se proyecta el nuevo granero mexicano, aunque todavía no está nada en concreto, pero la promesa es que esa zona, abundante en agua y rica en biodiversidad, se convierta en el nuevo polo de desarrollo agropecuario de México.

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