Estados Unidos, 29 de marzo de 2023.- Las prácticas agrícolas en las granjas convencionales dependen en gran medida de pesticidas, fungicidas y herbicidas para proteger los monocultivos de siembra habitual. Un estudio de 2023 ofrece información sobre por qué es posible que haya una diferencia en el sabor de las fresas que compra en la tienda.
De acuerdo con las encuestas, la razón principal por la que las personas eligen alimentos orgánicos es para evitar exponerse a pesticidas. Estos productos químicos no solo amenazan el medio ambiente, sino que también representan un riesgo muy evidente y directo para la salud humana.
El glifosato, el ingrediente activo del herbicida Roundup de Monsanto/Bayer, ha sido noticia porque es el químico agrícola que más se ha utilizado en la historia y porque la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (Iarc) lo ha identificado como un probable agente cancerígeno para los humanos. La Iarc también llegó a la conclusión de que existían pruebas sólidas de genotoxicidad y basó estas conclusiones en una revisión de 1,000 estudios, incluidos los que se realizaron en personas que se exponían al glifosato en su trabajo, así como otros modelos animales experimentales y estudios de laboratorio.
Dado que la Iarc catalogó al glifosato como un probable agente cancerígeno para los humanos en 2015, se han planteado importantes preocupaciones debido a que este herbicida se relaciona con la enfermedad del hígado graso e insuficiencia renal. El aumento de su uso está correlacionado con un aumento simultáneo en la incidencia de múltiples cánceres, como el cáncer de mama, páncreas, riñón, tiroides, hígado, vejiga y leucemia mieloide.
Ya que el glifosato se usa casi en todas las prácticas agrícolas, cada vez, hay más estudios que demuestran sus efectos adversos sobre la salud humana. De acuerdo con los datos de los CDC, más del 80% de los niños y adultos en Estados Unidos tienen niveles de glifosato en la orina que se pueden detectar. Por muy perjudicial y peligroso que haya sido el glifosato para el suelo y la salud humana, no es el único producto químico que se utiliza en la agricultura convencional.
Los investigadores del estudio buscaron determinar el mecanismo que usan los fungicidas para cambiar el sabor y el valor nutritivo de las fresas. Es interesante señalar que un estudio de 2003 que evaluó el efecto del glifosato en la actividad microbiana del suelo descubrió que, tras varios años de uso, aumenta el nivel de actinomicetos y hongos.
Pesticidas ocasionan que las fresas sean insípidas
El sabor y el valor nutricional de las frutas son el resultado de su composición única y sus nutrientes esenciales. Como informa ZME Science, los fungicidas están diseñados para interrumpir los procesos celulares, de manera que sea posible controlar los hongos que dañan los cultivos. No obstante, estos mismos mecanismos también pueden dañar el cultivo de la fruta, lo que interfiere en producción de compuestos volátiles y nutrientes que son esenciales para el sabor de la fresa.
Los investigadores notaron que los consumidores se han quejado del cambio en el sabor y, aunque era posible que los pesticidas tuvieran algo que ver, el mecanismo no era claro. El estudio comenzó con el cultivo de tres grupos de fresas en condiciones idénticas. Después, los investigadores aplicaron fungicidas a dos grupos de bayas cuando aún estaban tiernas y verdes, mientras que no se le aplicó ninguna sustancia al grupo de control.
Los investigadores aplicaron los dos fungicidas que más suelen utilizarse en fresas, es decir, boscalid (BOS) y difenoconazol (DIF). Al final de la temporada de crecimiento, los tres grupos mostraron el mismo tamaño y color. Más tarde, los investigadores analizaron la composición química y descubrieron un patrón sorprendente entre los que tenían el fungicida y los que no.
Las fresas a las que se les aplicó el pesticida tuvieron una cantidad mucho menor de azúcares solubles y nutrientes, como la vitamina C. Algunos de los azúcares de la fruta madura también se convirtieron en ácidos, lo cual causó que su sabor fuera menos dulce. Asimismo, el daño oxidativo del pesticida también atenuó el aroma y el sabor.
Los investigadores descubrieron que el boscalid también afectaba de forma directa a los genes implicados en la producción de azúcares, nutrientes, aminoácidos y compuestos volátiles. Se hicieron pruebas de sabor a ciegas y, en ellas, las fresas no tratadas fueron las preferidas.
Sabor y valor nutricional están relacionados
Como señala ZME Science, el perfil de sabor de las frutas y las bayas se relaciona con su valor nutricional. Por ejemplo, la dulzura surge de la glucosa o la fructosa que contiene la fruta. El olor o aroma está ligado a los ésteres y terpenos, que son compuestos aromáticos que se caracterizan por su agradable olor. Estos compuestos ejercen un rol importante en el aroma y el sabor que se desarrollan durante la vinificación. Los terpenos se encuentran, sobre todo, en las plantas y son los principales constituyentes de los aceites esenciales. El té, los cítricos y el cannabis son algunas fuentes comunes. Tienen una larga historia en la medicina tradicional por sus propiedades antiplasmódicas y antivirales. Un terpeno que se utiliza mucho en la medicina popular y natural es la curcumina, que tiene propiedades antiinflamatorias, anticancerígenas, antioxidantes y diuréticas.
Un artículo de 2022 que se publicó en la revista Pnas señala que los consumidores suelen preferir el sabor de las variedades autóctonas cultivadas en el huerto que esas mismas frutas cuando están a la venta en las tiendas. Los agricultores comerciales suelen centrarse en rasgos importantes para los productores, como el rendimiento. En este artículo, los investigadores sugieren que ayudar a los agricultores a mejorar el sabor también puede mejorar la satisfacción del cliente y las ventas. A pesar de ello, como demuestran ese artículo y el que se presentó antes, las variedades autóctonas podrían tener mejor sabor y más nutrientes porque se cultivan por medio de métodos orgánicos y sin pesticidas, herbicidas ni fungicidas que impidan su crecimiento y contenido nutricional.
Prácticas agrícolas tradicionales están en peligro
Las prácticas agrícolas tradicionales, que incluyen la rotación de cultivos y el control natural de plagas sin pesticidas, han sufrido amenazas por parte de los globalistas y el gobierno federal. Por ejemplo, el multimillonario tecnológico Bill Gates, cofundador y ex director ejecutivo de Microsoft, podría parecer un candidato extraño para el cargo del principal agricultor de Estados Unidos, pero, de forma sigilosa, ha estado acumulando enormes extensiones de tierra bajo la firma de inversión Cascade Investment LLC.
Ahora posee un mínimo de 242,000 acres de tierras de cultivo de primera categoría en Estados Unidos. La compra que hizo en 2020 de 14,500 acres en el Estado de Washington fue lo que llamó la atención de Eric O’Keefe. En su revista “The Land Report”, determina que cualquier venta de más de 1,000 acres puede considerarse un evento fuera de lo común. Tras indagar un poco más, descubrió que la compra estaba registrada como una pequeña empresa de Luisiana. “Eso llamó la atención de inmediato”, dijo O’Keeffe al New York Post. Se trataba de 14,500 acres en el corazón de algunos de los acres más costosos de Estados Unidos. Resultó que la pequeña empresa actuaba en nombre de Cascade Investment for Gates, que es propietaria de terrenos en Washington, Illinois, Iowa, California, Luisiana y muchos otros estados.
Gates tiene una gran visión para toda esa tierra, pero, por desgracia, no incluye prácticas agrícolas orgánicas, biodinámicas o regenerativas, que son esenciales para sanar el ecosistema y producir alimentos que, en verdad, sean sostenibles y nutritivos para las futuras generaciones. En su lugar, la superficie podría destinarse a producir más cultivos de maíz y soya transgénicos, que son la base de lo que Gates espera que se convierta en un suministro de alimentos, cada vez, más sintéticos y ultraprocesados.
El gobierno federal también se ha involucrado en la lucha para proteger los cultivos de semillas transgénicas cuando pusieron en marcha la granja ecológica de Amos Miller bajo la supervisión de los funcionarios del Usda. La Red de Seguridad Alimentaria ha informado en diversas ocasiones la difícil situación de Miller, hasta el punto de que tiene su propio blog y páginas de contenido sobre los problemas del gobierno con una granja agrícola que genera productos ecológicos, sin pesticidas, herbicidas ni semillas transgénicas.
En 2016, la corte de Estados Unidos permitió que los agentes armados de la ley acompañaran a los investigadores del Servicio de Inspección y Seguridad Alimentaria del Usda a la vivienda y a la granja del conocido pacifista amish Miller. David Gumpert informó que durante estas inspecciones el Usda exigió los nombres de los clientes de Miller desde 2012. Miller se negó y citó requisitos contractuales para mantener la información privada. En 2022, siete años más tarde, Miller el Usda estuvo al pendiente de sus movimientos de forma constante. En una incursión de la que informó Rebel News, varios empleados federales armados volvieron a visitar la granja. Miller no sólo no utiliza pesticidas ni herbicidas, sino que la granja tampoco depende de la gasolina ni de los fertilizantes.
Como señala Rebel News, la cuenta de resultados de Miller no se ve afectada por fuerzas externas como la guerra entre Ucrania y Rusia, lo que no ha sido la experiencia de otros que no cultivan como él. Los organismos federales han recurrido a la fuerza y a multas elevadas para que Miller cumpla la normativa. Los miembros del club privado de alimentación de la granja pagan una cuota para obtener alimentos de un agricultor independiente que no utiliza productos transgénicos ni procesa la carne ni los productos lácteos en instalaciones del Usda.
Agricultura regenerativa protege la tierra y salud de los seres humanos
Will Harris es un pionero de la agricultura regenerativa que dirige White Oak Pastures en Bluffton, Georgia. Genera productos de animales alimentados con pastura de alta calidad, como carne de res y otros productos de origen animal y es un ejemplo inspirador de cómo pasar de la agricultura convencional a la regenerativa y prosperar en el ámbito económico. Antes de mediados de la década de 1990, dirigía su granja de la misma forma que su padre y la mayoría de los demás agricultores del país: «como una explotación ganadera muy lineal y monocultural», dijo, durante un episodio de The Joe Rogan Experience.
Aunque es una emulación imperfecta, ayuda a restablecer los ciclos naturales que ha roto la agricultura industrial. Como se indica en la página web de White Oak Pastures, «la agricultura regenerativa es un sistema de principios y prácticas agrícolas que pretende rehabilitar y mejorar todo el ecosistema de la explotación, enfocándose en la salud del suelo y prestando atención a la gestión del agua, el uso de fertilizantes, entre otras cosas». Antes de adoptar la agricultura regenerativa, Harris pasó 20 años explotando la granja de forma industrial, lo que incluía el uso de antibióticos e implantes hormonales para que los animales bovinos crecieran más rápido. Pero las tecnologías en las que se basa la agricultura industrial para «mejorar» la producción de alimentos son muy destructivas.
“Pesticidas, fertilizantes químicos, organismos transgénicos, antibióticos subterapéuticos e implantes hormonales… Estas tecnologías tienen consecuencias horribles e imprevistas que perjudican a nuestra tierra, el agua, el clima y el ganado”, Harris escribió en su blog. Además, han permitido que la agricultura sea escalable hasta el punto de que un número limitado de empresas multinacionales controlan la mayor parte del suministro de alimentos. Un sistema alimentario centralizado no beneficia a nadie más que a quienes lo controlan y pone en riesgo a los consumidores.
Opte por semillas ecológicas autóctonas para cultivos ecológicos
A medida que más personas reconocen la necesidad de evitar los pesticidas, están dándose a la tarea de cultivar sus propios productos en macetas y en sus patios traseros. Aunque la demanda de semillas orgánicas ha crecido, High Mowing Organic Seedses, una de las únicas empresas que produce semillas orgánicas a partir de plantas que se cultivan por medio de métodos orgánicos. La mayoría de las compañías no cultivan sus propias semillas y, aunque usted podría cultivar las plantas sin sustancias químicas, es posible que las semillas no tengan raíces orgánicas.
Tom Stearns es el dueño y fundador de High Mowing Organic Seeds, que empezó como un pasatiempo en 1996. Al tercer año ya había vendido semillas por un valor de 18,000 dólares, y de 34,000 dólares al cuarto año. La demanda creció tanto que Stearns tuvo que convertir su pasatiempo en un negocio que, en poco tiempo, se convirtió en una empresa de medio millón de dólares.
Growing a Greener World entrevistó a Stearns en 2018, y él habló sobre la importancia de elegir semillas orgánicas para crear un plan de alimentación saludable. Aunque existen normas sobre el uso de productos químicos en los cultivos alimentarios comerciales, las normas son menos rígidas cuando se trata del cultivo de semillas convencionales, que, en teoría, no son un producto alimenticio: «Cuando se cultivan alimentos de forma convencional, existen normas sobre los distintos productos químicos que se pueden utilizar o no. Cuando se cultivan semillas de forma convencional, también existen reglas, pero se permiten muchos más productos químicos.
Así, los cultivos de semillas se rocían con muchas cosas, porque no es un cultivo alimentario, por lo que no se va a traducir en ese riesgo para las personas, pero, por supuesto, aún existen sustancias venenosas en el medio ambiente. Así que, un cultivo orgánico de semillas no tiene esas sustancias venenosas y su cantidad es mucho menor que en los cultivos convencionales».
Otro dato revelador que expuso Stearns es que el 95% de la superficie de las granjas de hortalizas ecológicas se planta con semillas convencionales. Esto no es siempre por decisión propia, ya que el
sector de las semillas ecológicas aún está dando sus primeros pasos, lo que significa que no siempre hay suficientes para todos o que las variedades adecuadas no siempre están disponibles.
De hecho, la mitad de las verduras que se cultivan hoy en día no tienen fuentes comerciales, sino que deben obtenerse a través del comercio de semillas. High Mowing Organic Seeds intenta poner a disposición de los agricultores ecológicos más variedades de semillas ecológicas, lo que, según ellos, supone una gran diferencia con respecto al uso de semillas convencionales.
Si usted se dedica a cultivar, buscar semillas orgánicas de alta calidad le ayudará a producir las plantas más robustas y los alimentos más saludables. Otra alternativa es guardar semillas de sus propias plantas. Cuando guarda semillas de sus plantas de mejor rendimiento, en su tierra y en su propio ecosistema, poco a poco, desarrollará variedades que se adapten mejor a su propio suelo, clima y condiciones de crecimiento.
Los grandes proveedores de semillas rara vez arrancan la raíz de las plantas que no cuentan con las características deseadas, por lo que las semillas de polinización abierta que venden contienen ejemplares inferiores en la mezcla. High Mowing es una de las pocas empresas de semillas que lo hacen, pero usted también puede seleccionar sus propias semillas para obtener uniformidad y calidad.
Puede controlar el acervo genético para optimizar la germinación, el tiempo de maduración, el sabor, el almacenamiento, la resistencia a las enfermedades y el color. Después de algunas temporadas, cada vez más plantas contarán con todas las características que usted seleccionó.