En Ecuador, el riego tecnificado equivale a cultivos más sostenibles y mejor alimentación

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Banco Mundial

Washington, D. C., 17 de julio de 2021.- En Ecuador, de las 338 mil hectáreas en manos de los pequeños y medianos productores que cuentan con riego, el 93% aún utilizan métodos de irrigación tradicionales, con niveles de eficiencia reducida y una limitada capacidad de almacenamiento de agua.

El riego es clave en la calidad de los alimentos que se cultivan. Esto lo saben muy bien Judith, Mercedes, Victor, Diego y Hugo, quienes participan junto a miles de otros productores rurales en un proyecto de irrigación tecnificada en Ecuador.

La agricultura de regadío representa el 20% del total de la superficie cultivada y aporta el 40% de la producción total de alimentos en todo el mundo. En momentos en que el estrés hídrico aumenta la presión sobre la agricultura, es clave invertir en sistemas de riego adecuados para garantizar una mayor sostenibilidad del recurso.

En Ecuador, los sistemas de riego son prácticas heredadas desde hace siglos. Tradicionalmente, el riego funciona por gravedad, de esta forma, el agua recorre por acequias en tierra (algunas veces, revestidas de hormigón) y por surcos, canteros o inundación en las plantas, dedicando vasto tiempo en cada riego, ralentizando la producción y cosecha de los cultivos.

Es en este contexto donde surge el proyecto de irrigación tecnificada parcelario, que contribuye para que pequeños y medianos productores mejoren sus condiciones de vida a través de la modernización e intensificación sostenible de los sistemas agrícolas en 17 provincias del Ecuador. El sistema de riego tecnificado parcelario, mediante el uso de aspersores, micro aspersores y goteo, aumenta significativamente la producción durante todo el año.

Como resultado, los campesinos han visto un incremento del 60% en los ingresos de sus hogares y nueve mil familias han accedido a nuevos y mejores sistemas de irrigación tecnificada en 10,500 hectáreas de parcelas agrícolas.

«Antes de este sistema algunas plantas se morían por falta de agua y por los fuertes soles, solo esperábamos al invierno para poder cultivar».

Judith Gómez, presidenta de la Asociación Campesina 15 de Diciembre

La voz de los protagonistas

• Judith Gómez, presidenta de la asociación campesina 15 de Diciembre en la parroquia Campozano, cantón Paján, en la provincia de Manabí, utiliza el nuevo sistema de riego para la producción de cacao y café, junto a otros 17 productores. “Antes de este sistema algunas plantas se morían por falta de agua y por los fuertes soles, solo esperábamos al invierno para poder cultivar”, comenta Judith.
• Víctor Salinas, quien vive en San Antonio de las Aradas en Loja, al sur del Ecuador, pertenece a la asociación de producción de cafetaleros ubicados en los cantones de Quilanga, Gonzanamá, Espíndola y Calvas al sur oriente de la provincia. Víctor posee 3,500 plantas de café y, junto a su federación Proicafeq, exporta alrededor de 30 mil quintales de café a Estados Unidos, Alemania y Bélgica. Los sistemas de riego son individuales para cada socio que participó en el proyecto, para implementar este sistema se usó el agua de las vertientes más cercanas a las fincas.

El 25% del territorio en Ecuador corresponde a pequeños y medianos productores y productoras, cuyo trabajo es fundamental para las cadenas de valor. Productores como Hugo Sanipatín del cantón Patate, de la provincia de Tungurahua, manifiesta que ahora ya pueden utilizar los terrenos abandonados y podrán sembrar todo el año gracias a que cuentan con un sistema de riego tecnificado.

El ingeniero Diego Armijos del barrio la Era, cantón Catamayo, Loja, dice: “la capacitación nos permitió comprender cómo se deben regar las plantas con el agua necesaria para tener mejores cultivos y utilizar técnicas para garantizar la sostenibilidad del proyecto”. El aporte de la comunidad en mano de obra, en este subproyecto, está valorado en US$500 mil dólares. En estas parcelas tienen plantas aromáticas, como la Hierbaluisa y Jamaica, lo que les ha permitido trabajar con “Ile” una empresa lojana que vende a todo el país.

Los niveles de desarrollo de parte de la población agrícola, así como su capacidad de contribuir a la diversificación de la matriz productiva agroalimentaria ecuatoriana, son limitados, por el reducido tamaño de sus tierras y la falta de acceso a mercados. Es aquí donde los productores del proyecto de irrigación tecnificada parcelaria están haciendo la diferencia, intensificando y diversificando su producción agropecuaria, adoptando tecnologías agrícolas y prácticas adaptadas a la variabilidad climática, así como mejorando su acceso a los mercados y generando alianzas productivas.

Mercedes Carlosama, vive en la parroquia Angochagua del cantón Ibarra, provincia de Imbabura. “Esto era muy necesario para la ganadería porque tenemos una lechera y en tiempos de sequía no teníamos agua para los pastizales, el agua está bien lejos porque viene de un río, caminando se hacen como dos horas. Tenemos una acequia, pero no cuidaban y se ensuciaba”.

En este sector se producen entre 500 o 600 litros de leche diarios, con el nuevo sistema de riego implementado, empezaron a manejar hortalizas, papas y maíz. Mercedes manifiesta que ahora ya no se preocupan de la época de sequía.

El proyecto de irrigación tecnificada parcelario es implementado por el Ministerio de Agricultura y Ganadería con el financiamiento del Banco Mundial y la Agencia Española de Cooperación para el Desarrollo (Aecid). Este proyecto tiene como objetivo potenciar el sistema agrícola del país a través de sistemas de riego tecnificados para pequeños y medianos agricultores. Dependiendo de las necesidades, cada sistema puede incluir obras de captación, conducción, construcción de reservorios, redes de conducción y distribución con aspersores.

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