Por la calle, deambulando sobre la avenida Sor Juana Inés de la Cruz, en la céntrica e histórica colonia Santa María la Ribera, frente al edificio de la Casa del Agrarista, caminaba Augusto Gómez Villanueva, el primer secretario de la Reforma Agraria (SRA) que, según los politólogos, se la había creado su amigo, el presidente Luis Echeverría Álvarez (1970/1976), para colocarle en la lista de sus sucesores presidenciales.
La SRA antes era sólo una oficina menor. Se llamaba Departamento de Asuntos Agrarios y Colonización (Daac), por lo que Echeverría la elevó a la categoría de Secretaría de Estado para que su amigo Gómez Villanueva tuviera piso parejo en la lucha de la sucesión presidencial.
No lo logró. La carrera se la gano José López Portillo, pero sí legó a la historia de la Confederación Nacional Campesina (CNC) un amplio sello personal de administración y un semillero de grandes dirigentes posteriores.
La CNC es la organización campesina más representativa del mundo político-agrario de México. Fue fundada por Lázaro Cárdenas del Río, el 28 de agosto de 1938, en Guadalajara, Jalisco. Tuvo como antecedente al Comité Organizador de la Unidad Campesina que, bajo el mando del dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), incorporó a los líderes de varias organizaciones locales de sindicatos de trabajadores agrícolas y de la Confederación Campesina Mexicana, todos integrantes del sector agrario del PRI.
Fue también la madre de muchas otras organizaciones político agrarias que, por razones de ideologías y, sobre todo, de intereses personales, se desgajaron de ella para crear sus propios organismos, algunos de los cuales aún persisten en el amplio espectro político agrario mexicano.
En sus tiempos de mayor gloria, la CNC llegó a tener hasta 120 diputados, unos 40 senadores y 10 o 12 gobernadores. Unos habían surgido directamente de sus filas; los más, habían pedido prestado las siglas de la CNC para alcanzar esos encargos de representación popular, pero todos se decían de origen cenecista.
A 80 años de creada, la actual CNC muestra los estragos del paso del tiempo, pero, sobre todo, la pérdida de poder político y, en consecuencia, de poder económico.
El PRI en las elecciones federales de julio pasado fue arrojado hasta al tercer sitio de la contienda político electoral y ese bajón se refleja ya en sus sectores tradicionales que le dan vida; la CNC, llamado sector campesino, entre ellas.
La Casa del Agrarista, sede alterna para las grandes festividades de la CNC, le fue donada y remodelada por Lázaro Cárdenas, en 1935. Originalmente, este espacio formó parte del templo dedicado a Nuestra Señora de la Salud, construido en 1901 y, según una lectora, de nombre María del Consuelo Pérez, allí estuvo la madre Conchita, quien participó en la conspiración para asesinar a Álvaro Obregón; actualmente, lo comparte con el Teatro Sergio Magaña.
La CNC realizó hoy la clausura de su 24 Congreso Nacional Ordinario. Lo hizo con un signo de marcado retroceso. No fue la fiesta clásica que abarrotaba la Casa del Agrarista; faltaron las tamboras y las matracas; también los dirigentes de primera fila, egresados de la CNC, y los altos funcionarios. Hasta los asistentes que, por lo general, vienen de estados circunvecinos a la Ciudad de México, fueron pocos.
Ni la inauguración, ni los trabajos ni la clausura fueron notorias, esta vez. Uno de los eventos que más atrajo la atención fue el certamen nacional “La flor más bella del campo”, que reúne a jóvenes, por lo general, venidas de algunos de los Estados federativos para engalanar las fiestas cenecistas.
Fuera de eso, habría poco que añadir a esta reunión de la otrora “Gloriosa CNC”, como acostumbraban llamarla los antiguos dirigentes, algunos de ellos, de auténtica prosapia, como Graciano Sánchez, su primer dirigente; Francisco Hernández, Javier Rojo Gómez, el propio Augusto Gómez Villanueva, Alfredo V. Bonfil y Víctor Cervera Pacheco, entre los históricos, y Héctor Hugo Olivares Ventura, Hugo Andrés Araujo de la Torre, Beatriz Paredes Rangel y Cruz López Aguilar, entre los modernos.
Nueva etapa política requiere organizaciones comprometidas con el campo: BHO
Ciudad de México, 28 de agosto de 2018.- Una nueva etapa en la vida política del país requiere organizaciones comprometidas con el progreso y desarrollo del campo mexicano, que luchen por la justicia y el bienestar de mujeres y hombres, quienes con su trabajo y esfuerzo han contribuido a que el sector agroalimentario sea un referente importante en la economía nacional.
Así lo afirmó el secretario de Agricultura (Sagarpag, Baltazar Hinojosa Ochoa, quien aseguró que, en seis años, el Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto logró cambiar el rostro del campo, conjuntamente con las organizaciones campesinas, a través de visualizarlo como una opción productiva y expresión de modernidad.
Durante la clausura del XXIV Congreso Nacional Ordinario de la Confederación Nacional Campesina (CNC) señaló que existen nuevos retos y desafíos en el sector, los cuales serán atendidos con la participación de todos, a fin de que el campo nacional no baje el dinamismo de los últimos años y continúe su fortalecimiento para el bienestar de los mexicanos.
Ante líderes y representantes de Ligas y Comunidades Agrarias de todo el país, Hinojosa precisó que para lograr un campo próspero, justo y que sea un factor de desarrollo, se necesita la suma de esfuerzos y, en esa medida, la CNC ha sido un aliado importante para la transformación del sector primario y para que el campo se haya transformado de un rubro importante a uno estratégico.
Reiteró que en seis años la producción de granos creció 23 por ciento; las frutas, 26 por ciento; hortalizas, 24 por ciento, y oleaginosas, 57 por ciento, lo que representan un aumento en términos reales del 12 por ciento en la producción del campo mexicano.
El dirigente nacional de la CNC, Ismael Hernández Deras, indicó que ante la nueva realidad del país “nos ponemos a la altura de los actuales retos, en unidad, responsabilidad y autocrítica, a efecto de seguir contribuyendo al crecimiento y desarrollo del campo y de las familias del sector rural, con el impulso de políticas diferenciadas, programas productivos y capacitación”.
