Ciudad de México, 4 de enero de 2019.- La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) creará un instituto del café para monitorear los avances internacionales en este grano, al que sumará también todo lo referente al cacao, dos de los productos comerciales del campo que muestran un papel destacado en los mercados mundiales.

Este instituto, que se ubicará en Xalapa, Veracruz, entidad del centro del país, limítrofe del Golfo de México, será distinto al desaparecido Instituto Mexicano del Café (Inmecafé), vigente en las décadas de los 70 y 80 del siglo pasado, cuya función principal era promover el consumo del aromático entre la población de la Ciudad de México, especialmente, y que popularizaron los cafenautas, jóvenes que cargaban sobre sus espaldas grandes depósitos de café para servirlo a los capitalinos, a precios populares.

El nuevo instituto será distinto, dijo hoy el titular de la Sader, Víctor Manuel Villalobos Arámbula, al presentar el programa anual de trabajo de la dependencia federal, durante la cual expuso los lineamientos claves que darán un giro de 180 grados a la actividad agropecuaria de México.

El tema del café fue llevado a la conferencia de prensa, ofrecida por Villalobos Arámbula, a pocos días de que la transnacional Nestlé informará que este año destinará 40 millones de pesos (mdp) como parte de su Plan Nescafé, que contempla un paquete de inversión de poco más de 200 mdp para el periodo 2013-2018, para la mejora de producción de café en México.

Nescafé, que cuenta con productos como Nescafé Clásico, Nescafé Decaf y Nescafé Reserva Mexicana, es el principal comprador de café en el país, con el 29% de la producción nacional proveniente de, al menos, 80,000 productores.

En café tipo robusta, Nestlé compra alrededor de 70% de la producción nacional, donde el objetivo es seguir impulsado el cultivo para que México sea autosuficiente, como en el caso de la variedad arábica. El robusta es utilizado para la elaboración de los cafés solubles y “es de baja calidad”, dijo Villalobos Arámbula, frente al tipo arábica, que es el que comúnmente se consume en grano y que desde hace unos años ha creado un enorme mercado cautivo entre los jóvenes, lo que ha incentivado el mercado interno de esta actividad.

México se inscribe, a nivel mundial, dentro del rango cafetalero de “Otros suaves” que tiene una gran demanda en los países del occidente y está penetrando con fuerza en las naciones orientales.

Por lo que hace al cacao, México es la cuna de este grano con el que se prepara el bebestible de aprecio internacional, aunque desde varios años, es altamente deficitario en su producción, por lo que se recurre a las importaciones para satisfacer el mercado doméstico.

Las 4 grandes líneas de acción del nuevo campo mexicano
Villalobos Arámbula delineó las cuatro grandes líneas de acción que guiarán el quehacer gubernamental en el campo mexicano, a partir de ahora. Son: Producción para el bienestar, Precios de garantía, Crédito ganadero y Programa nacional de fertilizantes, que se ejecutarán bajo 25 programas prioritarios.

En décadas pasadas ya se presentaron y ejecutaron estos mismos programas, aunque ahora tendrán modificaciones estructurales para responder al objetivo básico que es el rescate del sur-sureste de México, la región más atrasada social, económica y políticamente, que cuenta con alto porcentaje de población indígena.

Casi al final de la etapa del Desarrollo Estabilizador de México (1950/1982), México impulsó el Sistema Alimentario Mexicano (SAM) que resultó un fracaso por utilizarse más política que socialmente; ahora el plan propuesto es el programa Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), una oficina que conjuntará a Diconsa y Liconsa. Diconsa era una opción para satisfacer algunas de las necesidades más importantes de los menos favorecidos, al ofrecer productos de la canasta básica, productos de salud y de higiene a precios rebajados. Liconsa ofrecía leche fortificada con vitaminas y minerales para combatir la desnutrición y contaba con un importante subsidio gubernamental.

Similar esquema caracterizará a los precios de garantía que no serán generalizados, sino focalizados a productores de bajos recursos, mientras que la agricultura comercial, que venía siendo pivote del desarrollo nacional, tendrá menores apoyos financieros.

Par cumplir con tales cometidos, la Sader cuenta este año con un presupuesto de 65 mil 434.88 millones de pesos, de cuyo monto, 7 mil 418.78 millones serán para servicios personales; 7 mil 405.15, para gastos de operación; 50 mil 601.10, para subsidios, y 9.84 millones para inversión.

Las líneas programáticas son: oportunidad de saldar los rezagos históricos, austeridad republicana, transparencia, enfoque social prioritario, ahorro y eficiencia, anticorrupción y sinergia interinstitucional.

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