(Codics).- No obstante que la vainilla es un cultivo de origen mexicano, hoy enfrenta el problema de reducción alarmante en su producción con riesgo de desaparecer y, además, “se tiene que defender con las armas” ante el robo de que son víctimas los productores por parte de la delincuencia organizada. Actualmente, México ocupa el lugar 21 con una escasa producción de apenas 400 toneladas, frente a Madagascar, Indonesia, India y Holanda, principales naciones productoras.

Juan Carlos Guzmán Salas, profesor–investigador de fitotecnia de la Universidad Autónoma Chapingo Uach, denunció el contubernio que existe entre la delincuencia organizada y los procesadores de vainilla, pues este producto es muy lucrativo ya terminado, con un precio oscila entre los 7 mil y 12 mil pesos por kilo de vainilla.

Araceli Pérez Silva, profesora investigadora del Instituto Tecnológico de Tuxtepec, Oaxaca, señaló que mayoritariamente se comercializa en el mercado nacional vainilla sintética. Esta esencia de vainilla es muy barata y se utiliza en la elaboración de helado, dijo.

En el Tercer Día del Foro Campesino celebrado en la Uach, se analizó la problemática de la producción, procesamiento y comercialización de la vainilla. El subdirector de Extensión y Servicio de la citada universidad, Pedro Ponce Javana, consideró urgente impulsar, desde la academia, una política pública para esta orquídea.

Sostuvo que no basta con que Chapingo aumente la producción de alimentos, es necesario que como universidad se rebasen fronteras y hacer políticas públicas, que la institución sea considerada en la toma de decisiones.

Sin embargo, lamentó que “el Estado no considere a la Universidad Autónoma Chapingo en la decisión de la política pública de este país”.

Sobre la realidad de producción, procesamiento y comercialización de la Vainilla, Juan Carlos Guzmán Salas, profesor–investigador de la misma universidad, opinó que urge resembrar estos cultivos, darle seguridad al campesino ya que el valor tan alto que tiene genera “una cadena de robos y corrupción entre los que roban la vainilla y los procesadores que, de forma ilegal, la procesan”.

El robo es generalizado, aproximadamente un 80% de los productores ha tenido ese problema en su parcela, a pesar de que dentro de ellos se organizan, pero lamentablemente hace falta una infraestructura especializada que detecte dónde se procesa vainilla robada.

Indicó que es frustrante que el campesino la siembre para ver el resultado del ciclo; de tres años de producción y se la roben en minutos, ya que tan sólo un kilo de vainilla verde anda 500 pesos.

Para estos campesinos son necesarios, “no regalos de dinero”, sino créditos blandos porque dentro de la cadena productiva, éste es el menos retribuido con el valor del cultivo y únicamente le pagan un 10 o 20 por ciento del valor comercial, opinó.

Pérez Silva comentó que los productores mexicanos tienen una demanda extraordinaria de vainilla, pero lamentablemente no pueden satisfacer las solicitudes del extranjero y las nacionales.

Dijo que, a pesar de que México es país origen de vainilla y cuenta con su denominación respectiva, no está entre los principales productores como son Madagascar, Indonesia, India y Holanda y aseguró que, si el productor contara con apoyos y elevara su producción, saldría de su pobreza”.

Expresó debe existir una política de Estado porque la vainilla es un producto que se domesticó en México, es un cultivo originario que se dio a conocer en el mundo y que durante 300 años fuimos el único país productor de ahí que todos “debemos poner nuestro granito de arena para rescatar este cultivo”.

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