Fernando Brun*
Buenos Aires, Argentina, 15 de noviembre de 2023.- Palpitando una nueva edición de la feria alemana líder en maquinaria agrícola, que se realiza del 12 al 18 de este mes en Alemania, y que cuenta con una destacada presencia de la tecnología argentina, Fernando Brun, embajador de la República Argentina en Alemania compartió las siguientes reflexiones, dio a conocer www.expoagro.com.ar
El sector agropecuario argentino reconoce de forma unánime la necesidad de mitigar las emisiones agropecuarias como uno de los grandes desafíos del ahora y muestra interés honesto en tomar acciones de cambio frente a las demandas de la sociedad respecto de su desempeño ambiental con consiguiente impacto en la cadena alimentaria, incluyendo la lucha contra la deforestación, la conservación de la biodiversidad y el bienestar animal.
La agricultura de conservación en Argentina suma, además de la Siembra Directa, la utilización de cultivos de cobertura y rotación de cultivos, con numerosos beneficios para la sostenibilidad del sistema productivo: permiten controlar la erosión de los suelos, mejoran la captación y almacenaje de agua, mejoran el balance carbono/nitrógeno y colaboran con el control de malezas y enfermedades.
¿Cómo medimos y mostramos ese recorrido productivo de nuestro país combinando demanda creciente a nivel global y sustentabilidad? No se trata de priorizar uno sobre otro, sino de abordarlos de manera complementaria. Argentina pondera la importancia de medir, conocer y formalizar, basado en ciencia, los impactos económicos-sociales-ambientales de su modelo productivo como política pública.
Los estudios posicionan bien al país a nivel internacional. Los resultados de las últimas mediciones de la Nasa –Agencia Aeroespacial de los EEUU– revelan la ecuación positiva de emisiones en la Argentina, rankeando nuestro país entre aquellos que absorben más CO2 de lo que producen.
No obstante, como país que invierte como política de estado en ciencia, tecnología e innovación, como país con desarrollo satelital propio, debemos ser conscientes de la importancia de acelerar, incubar y aplicar capacidades propias de mediciones, base para el reconocimiento de certificaciones. En lo que hace a huella de carbono en cultivos, se destaca un estudio elaborado por técnicos del Inti y del Inta, que mide para el maíz argentino la menor generación de CO2 por kilo producido, resultando un 60% inferior al promedio mundial.
Respecto del sector ganadero, se destacan las acciones del Ipcva en la realización de relevamientos propios ligados a la deforestación, a lo que se suma la divulgación de nuevas prácticas del sector en áreas específicas de provincias de nuestro país que ya han iniciado el camino a la silvo-ganadería para promover ambas actividades en un esquema que promueva una actividad eco-sustentable de modo de asegurar un impacto positivo de la actividad productiva en el medio ambiente.
Hablar hoy de sustentabilidad productiva es abrirnos a un debate con implicancias directas en condiciones de acceso a mercados y de competencia económica-comercial. Se trata no sólo de ser sustentables, sino de asumir la responsabilidad activa de dar a conocer capacidades y estándares que nos encuentran en la vanguardia del desarrollo de soluciones para agregar valor ambiental a nuestras producciones más tradicionales, con una nueva aproximación en términos de sustentabilidad y trazabilidad. Promover y resaltar estos rasgos es esencial para la preservación y ampliación de nuestro comercio, generando identidad a nivel marca país con productos que se definan y diferencien como únicos en su tipo y que remita de forma certera a un origen.
La Argentina avanza en sistemas de trazabilidad para cumplir con las exigencias de los mercados más sofisticados. Para los complejos de soya y carnes, en línea con las regulaciones de la UE que entrarán en vigor en 2025, se busca garantizar que la producción provenga de campos libres de deforestación.
En esta línea debe destacarse la reciente firma de un acuerdo entre el gobierno, la industria y el sector agropecuario para desarrollar una plataforma de trazabilidad de soya y carne bovina libres de deforestación; firmaron este instrumento el Ministerio de Economía de la Nación; la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca; la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina y del Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC); la Sociedad Rural Argentina (SRA); el Consorcio Exportador de Carnes ABC, y la Bolsa de Comercio de Rosario.
El acuerdo tiene por objeto impulsar la Plataforma Visec (Visión Sectorial del Gran Chaco) para promover la disminución de impactos ambientales en la producción de soya y carnes. Visec consiste en un sistema georreferenciado que permitirá realizar a nivel nacional una trazabilidad completa a lo largo de toda la cadena de valor de las partidas de soya y la hacienda vacuna. Estas son el tipo de iniciativas que merecen ser visualizadas y que deben ser amplificadas a nivel internacional.
Argentina es, en la actualidad, el tercer país con mayor adopción de tecnologías de agricultura de precisión, basadas en la geolocalización, sensores, drones e inteligencia artificial. Entre los beneficios de esta Agricultura 5.0 se encuentran la optimización en la utilización de insumos, como fertilizantes, fitosanitarios y combustibles, maximizando el rendimiento y minimizando el daño ambiental y lo que es una realidad en los insumos, lo es también en maquinaria agrícola liviana premiada a nivel internacional, tanto por su diseño como por la vanguardia de utilización de materiales, y por su interfaz tecnológica.
Una actividad agropecuaria inteligente nos compromete a continuar siendo un país clave en la ecuación alimentaria a nivel mundial, con una producción que impacta de lleno en 400 millones de habitantes y, por tanto, en la seguridad alimentaria a escala global.
La agricultura de precisión completa una tradición agrícola de conservación, que permite producir sin degradar –e, incluso, mejorar- el suelo, hacer un uso más eficiente del agua y capturar carbono, combinando otras buenas prácticas como la introducción de cultivos de cobertura (+500% en los últimos 5 años), rotación de cultivos, fertilización balanceada y manejo integral de plagas, donde crece la utilización de controladores biológicos.
En el campo ganadero, mayormente extensivo con sistemas pastoriles y baja dependencia de insumos externos, se aplican técnicas de manejo de pastoreo, incluyendo sistemas silvopastoriles en más de 34 millones de hectáreas, así como la utilización de cultivos de cobertura, manejo de la dieta, de efluentes y selección genética, sumando a ello el impulso al manejo de bosques con ganadería Integrada. La trazabilidad es una realidad de la ganadería argentina desde 2006, siendo obligatoria la identificación individual del ganado bovino y la obtención de un código que identifica y permite georeferenciar los establecimientos ganaderos (Senasa), sistema cuya sofisticación se mejora en 2017 con un régimen voluntario de identificación por radiofrecuencia (Rfid) y que hoy se perfecciona a través de Start-ups de trazabilidad de cadenas de valor: Origino, Ucrop.it, TraceStory son ejemplos de lo que somos capaces en materia de soluciones basadas en blockchain, en el primero de los casos acelerado con co-financiamiento del estado alemán de Baviera.
En Argentina hay más de 200 empresas de base biotecnológica que generan decenas de miles de empleos de calidad y más de 2 mil millones de USD en ventas anuales. Estas empresas se ubican en su mayoría en el corazón agrícola-ganadero del país y cooperan tanto con la industria como con las instituciones públicas de investigación. Este complejo biotecnológico argentino de clase mundial aplicado a la tecnología agrícola ha sido uno de los primeros en desarrollar, aplicar y regular, con base en evidencia científica, las técnicas de biotecnología moderna como es caso de la “tijera genética” para la producción de organismos cisgénicos.
Los polos tecnológicos a nivel federal, con fuerte desarrollo en Rosario -Prov. de Santa Fe-, en la Provincia de Córdoba, y el recientemente lanzado en Mar del Plata -Provincia de Buenos Aires- hacen un aporte señero para el desarrollo de un pujante ecosistema AgTech argentino compuesto por + 165 empresas. Ejemplos claros de AgTech en Agricultura de precisión son Agrobit (Córdoba), Auravant (Buenos Aires), DeepAgro –Ganador del Premio Ternium Expoagro 2023– (Santa Fe) por sólo nombrar algunos. Los resultados son visibles gracias a dinámicas multi-actorales, entre ellos “la Mesa Agtech”, constituida por la Universidad Austral, Inta, Bolsa de Comercio de Rosario, SF500, Polo tecnológico Rosario, Aapresid, Innventure, Endeavor, Xerendip, Glocal, Boortmalt, The Yield Lab, Syngenta y el Gobierno de la provincia de Santa Fe.
Al tiempo que encaramos el desarrollo en Berlín de una nueva edición del Diálogo de Innovaciones Agropecuarias y que articulamos a través de una dinámica público-privada la próxima participación en la feria de tecnología agrícola Agritechnica en Hannover-Alemania, nos planteamos el doble reto de preservar y ampliar a través de desarrollos tecnológicos de nueva generación -entre ellos, el impacto de la Inteligencia Artificial-, nuestra plataforma exportadora agroalimentaria; plataforma que por sí sola representa el 17% del PBI, el 18% del empleo privado y cerca de ⅔ de la matriz exportadora de nuestro país.
Más de 7 mil millones de euros en exportaciones de alimentos a la UE son resultado de una Agricultura 5.0, inteligente y sostenible, que garantiza la capacidad productiva sustentable en momentos en el que se debate el impacto de nuevas crisis internacionales en la seguridad alimentaria mundial, según www.expoagro.com.ar
* Embajador de la República Argentina en Alemania.