A nivel mundial, 70 por ciento del agua se utiliza para la producción de alimentos, por lo que es urgente establecer políticas públicas que definan su cuidado, advirtió Gloria Abraham, representante en México del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (Iica).

“Efectivamente, la presión sobre el agua existe y crece, por eso también es importante incorporar prácticas agrícolas novedosas, aplicar tecnología que pueda ayudar a la reducción del uso del agua, porque nuestro gran desafío es aumentar la producción de alimentos”, enfatizó la maestra en sociología por la Universidad de Toulouse, Francia, al término de la conferencia magistral que dictó en el coloquio “Agricultura familiar: cambio climático, biodiversidad e innovación en las cadenas de valor”, que se realizó en el Instituto Italiano de Cultura en la Ciudad de México.

En entrevista para el Foro Consultivo Científico y Tecnológico, precisó que uno de los retos que enfrenta la agricultura a nivel global es duplicar la producción de alimentos en la misma cantidad de tierra, donde, además, hay que sortear una serie de fenómenos como consecuencia del cambio climático.

En este desafío, América Latina y el Caribe serán una pieza clave para lograrlo y convertirse en la gran canasta alimentaria del planeta.

“Tenemos 30 años (para duplicar la producción de alimentos) y necesitamos aplicar los resultados de la biotecnología en el incremento de la productividad de los alimentos, porque resulta ser que si yo puedo trabajar en replicar tejido vegetal de las mejores especies, por ejemplo, de coco, cacao o café, que tienen un mayor o mejor rendimiento en la producción al ser más resistentes a los impactos del cambio climático, trabajemos en esa vía para poderlo garantizar”, explicó, la exministra de Agricultura y Ganadería de Costa Rica.

México y la agricultura familiar
La agricultura familiar contribuye a la producción de alimentos de manera significativa, la cual no viene de grandes extensiones de tierra, sino de pequeños productores, lo que durante muchos años se le conoció como agricultura de traspatio, recordó la especialista.

“En México tenemos documentado que el 38 por ciento de la producción de granos básicos (maíz y frijol) de consumo viene de la agricultura familiar”.

La especialista en políticas y comercio agropecuario del Iica detalló que se considera agricultura familiar a la siembra en terrenos menores de 5 hectáreas y que la producción es básicamente para el autoconsumo.

El coloquio “Agricultura familiar: cambio climático, biodiversidad e innovación en las cadenas de valor”, fue organizado por la Embajada de Italia en México, la Comisión Nacional de Conocimiento y Uso de la Biodiversidad y el Foro Consultivo Científico y Tecnológico.

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