La importancia de los manglares se fundamenta en sus servicios ambientales, entre los que destacan, ser una barrera contra huracanes, mantener la línea costera estable, funcionar como importantes sumideros de CO2, ser filtros de sedimentos y contaminantes que arrojan los ríos, ser zona de crianza de infinidad de especies de peces, crustáceos y moluscos, muchos de los cuales tienen valor comercial y sustentar a la industria pesquera. Ponerle precio a todo lo anterior nos permite empezar a valorar a este hermoso ecosistema costero.

Hasta hace poco se veía a los manglares como sitios pantanosos, insalubres e inútiles, por lo cual muchos fueron quemados, desecados y talados para convertirse en pastizales para ganado, aumentando así la frontera agropecuaria.

La enorme riqueza pesquera de la Laguna de Tamiahua en el norte de Veracruz, están estrechamente ligada a los manglares que cubren o cubrían las costas de la propia laguna.

Por lo anterior y ante la importancia de conservar los ecosistemas costeros como los manglares, desde hace poco más de cuatro años, Fundación Pedro y Elena Hernández implementa en colaboración financiera con la Comision Nacional Forestal (Conafor), un Programa de Pago por Servicios Ambientales por Conservación de la Biodiversidad (PSA), a través de Fondos Concurrentes, en cinco ejidos colindantes a la Laguna de Tamiahua, Veracruz, mejor conocido como el corredor costero de Tamiahua, con lo cual se protegen y conservan 2,780 ha de manglares, selvas, encinares tropicales y otros humedales, así como diferentes cuerpos de agua, conocidos como ciénegas, lagunas y esterillos, ayudando a los pobladores a entender su importancia y enseñando a generar un aprovechamiento responsable de los recursos.

Como parte de este programa se realizan trabajos de protección, conservación y restauración en cinco ejidos localizados en la franja costera de la Laguna de Tamiahua con lo cual se han fomentado acciones como la limitación de pastoreo a través del refuerzo, construcción y mantenimiento de 15 km de cercado; protección y prevención de incendios, mediante la capacitación y conformación de cinco brigadas contra incendios, apertura de 7.9 km de brechas corta fuego y la colocación de señalamientos informativos y diversas actividades de vigilancia y monitoreo.

Asimismo, se han realizado acciones que permiten la restauración de humedales. En los últimos tres años se ha abierto y dado mantenimiento a varios esteros y esterillos locales, a través de desazolve, removiendo más de 2,900 m³ de sedimento, con lo cual se han restablecido flujos hídricos con el consecuente aumento del hidroperíodo (período durante el cual un humedal está cubierto por agua) y mejora en la calidad de agua, lo cual repercute en la recuperación de manglares e incluso en el aumento de producción pesquera de estos cuerpos de aguas someras.

Hoy ya existen sitios de manglar que antes fueron pastizal, sorprende navegar entre isletas en donde los manglares ya reverdecen e inician la conversión del paisaje en un laberinto de ramas y hojas; cuesta trabajo creer que en estos humedales repletos de biodiversidad hasta hace poco sólo había una vaca por cada 10,000 metros de pastizal.

Estas acciones han ya beneficiado directamente a 181 personas y a más de 500 de forma indirecta que viven en la zona. En tres años de trabajo, esto ha implicado un trabajo exhaustivo de 6,242 jornales.

Ante la importancia de continuar con la conservación, restauración y uso sustentable de los humedales, Fundación Pedro y Elena Hernández, en Colaboración con la Conafor, implementarán a partir de este año, uno de los proyectos de restauración de manglares más ambiciosos de México en la Laguna Tamiahua, nombrado Custf (Programa de Compensación Ambiental por Cambio de Uso del Suelo en Terrenos Forestales ) que busca lograr una restauración comunitaria del ecosistema de manglar de la cuenca baja del Río Tancochin y porción norte del corredor costero de Tamiahua, Veracruz, con lo que se pretende restaurar 1,453 Ha de manglar y humedales e inducir y reforestar dentro de este espacio 118.5 Ha de manglar para recuperar la cobertura vegetal.

La restauración ecológica, consiste en regresar (en la medida de lo posible) el ecosistema degradado a su estado original, a través de diferentes técnicas y acciones tanto pasivas como activas, lógicamente todas las acciones de conservación del medio ambiente tienen un costo en tiempo, recurso económico y dificultades técnicas, por lo que restaurar un humedal tan complejo como lo es un manglar, hace de esta acción algo verdaderamente extraordinario.

La naturaleza podría restaurar el manglar en su totalidad con sólo retirar los factores estresantes del ecosistema (ganado, tala, incendios, entre otros), pero esto tardaría muchos años, por lo que se interviene para acelerar el proceso. Las principales acciones a implementar en la restauración serán: roturar (arar o labrar) los suelos para descompactar décadas de pisoteo de ganado con la finalidad de mejorar los suelos y disponer nutrientes y oxígeno a las plantas; abrir canales de agua primarios y secundarios mediante la remoción de sedimento para mejorar el hidroperíodo de los sitios de restablecimiento de manglar.

Con estas acciones se espera que 1,453 Ha de terrenos dañados por décadas de pastoreo recuperen la cubierta forestal de manglar, beneficiando a los ejidos de manera directa a través de la creación de empleos, y de manera indirecta con el mejoramiento de servicios ambientales que, de manera continua a través de la pesca, uso de recursos maderables y no maderables y un manejo sustentable, mejoren la calidad y condición de vida de los dueños del territorio.

Todo esto, porque ejidatarios en conjunto con Fundación Pedro y Elena Hernández ayudan a la naturaleza a recuperar un espacio, antaño compartido, entre sólo dos especies: pasto y vacas.

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