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viernes, abril 19, 2024

Víacrucis

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La sucesión de las Estaciones propuesta hacia el final del siglo XVII suple al recorrido por tierras santas durante la etapa histórica en que los musulmanes dominaban los sitios sagrados. Así surgió la necesidad para simbolizar a la Tierra Santa en otros territorios asequibles e ir por ellos en peregrinación. Diversos lugares de Europa constituyeron la representación de los más importantes santuarios de Jerusalén. Al principio el número de Estaciones variaba hasta que la práctica y devoción determinó la Vía en catorce estaciones. La leyenda piadosa sigue la ruta llevada a cabo por María (la madre de Jesús), quien supuestamente recorría diariamente los lugares originales del sacrificio y consta que fueron los Franciscanos los primeros en establecer el Viacrucis ya que a ellos se les concedió —en 1342— la protección de los lugares de Tierra Santa.

“Víacrucis» en latín corresponde en español “Sendero de la Cruz”, «Camino de la Cruz”, “Estaciones de la Cruz” o “Vía Dolorosa” (denominación aparecida aparentemente durante el siglo XVII) —es en realidad una secuencia de oración para la meditación sobre los padecimientos y muerte de Jesús en su camino al Gólgota— mediante el apoyo de las imágenes alusivas (pinturas, esculturas, relieves) que ocupaban un espacio a intervalos en las paredes, columnas o en los atrios de las construcciones religiosas.

En los siglos XV y XVI se erigieron Estaciones en diferentes partes de Europa. El Beato Álvaro de Córdoba O.P. (Zamora, 1360 – Córdoba, 19 de febrero de 1430), fray Alvarus Zamorensis (Álvaro Zamorano) en los bularios romanos y San Álvaro para los cordobeses, a su regreso de Tierra Santa edificó una serie de capillas en el convento dominico de Córdoba (Scala Coeli) en cuyos muros plasmó con pintura las principales escenas de la Pasión. Por la misma época, la Beata Eustochia —Smeralda Calafato di Messina de nacimiento—  (Messina, 25 Marzo 1434- 20 o 29 de enero de 1485, monasterio de Montevergine) de la orden de Santa Clara, levantó Estaciones similares en su convento en Messina. Hay otros ejemplos. Sin embargo, la primera vez que se conoce el uso de la palabra «Estaciones» utilizada en el sentido actual del Viacrucis se encuentra en la narración (“Los itinerarios”) del peregrino inglés William Wey (o Way, 1407?–1476).

“Un testimonio temprano de uso del término estaciones aplicado a la Vía Sacra de Jerusalén lo encontramos en la narración del viaje de un peregrino inglés, William Wey, que visitó Tierra Santa en 1458 y en 1462, que describe la costumbre de seguir los pasos de Cristo en la Vía Dolorosa, la cual parece ser que partía del Calvario y terminaba en la casa de Pilato, una suerte de ‘viacrucis desandado’.

“Wey da ya el número de catorce estaciones, de las que sólo cinco corresponden con la recensión tradicional, y siete están sólo remotamente conectadas con nuestro viacrucis. Algunas otras recensiones de este ejercicio piadoso incluían la casa del rico de la historia evangélica de Lázaro, la puerta de la ciudad que Jesús atravesó, o las casas de Herodes y Simón el Fariseo. Ya en el siglo XVI llegó a generalizarse como ejercicio de devoción completo la ruta desde el Pretorio hasta el Calvario.”[1]

“No sabemos cuándo surgieron las Estaciones según las conocemos hoy, ni cuando se les comenzó a conceder indulgencias pero probablemente fueron los Franciscanos los primeros en establecer el Vía Crucis ya que a ellos se les concedió en 1342 la custodia de los lugares más preciados de Tierra Santa. Tampoco está claro en qué dirección se recorrían ya que, según parece, hasta el siglo XV muchos lo hacían comenzando en el Monte Calvario y retrocediendo hasta la casa de Pilato. Por la dificultad creciente de visitar la Tierra Santa bajo dominio musulmán, las Estaciones de la Cruz y diferentes manuales para rezar en ellas se difundieron por Europa. Las Estaciones tal como las conocemos hoy fueron aparentemente influenciadas por el libro ‘Jerusalén sicut Christi tempore floruit’ escrito por un tal Adrichomius[2] en 1584. En este libro el Vía Crucis tiene doce estaciones y estas corresponden exactamente a nuestras primeras doce. Parece entonces que el Vía Crucis, como lo conocemos hoy surge de las representaciones procedentes de Europa.” [3]

Pocas de las Estaciones en los tiempos medievales mencionan la segunda (Jesús carga con la cruz) ni la décima (Jesús es despojado de sus vestiduras). Por otro lado algunas que hoy no aparecen eran antes más comunes. Entre estas, el balcón desde donde Pilato pronunció Ecce Homo (¡He aquí al hombre!).

En el año 1837, la Sagrada Congregación para las Indulgencias precisó que aunque no había obligación, es más apropiado que las estaciones comiencen en el lado en que se proclama el Evangelio. Pero esto puede variar según la estructura de la iglesia y la posición de las imágenes en las Estaciones. La procesión debe seguir a Cristo más bien que encontrarse de frente con Él.

Todavía en el Enchiridion Indulgentiarium Normae et Concessiones (mayo de 1986, Librería Editrice Vaticana con Traducción del inglés por el Padre Jordi Rivero), la norma dos, a fin de obtener las indulgencias correspondientes dice: “Deben haber catorce cruces. Para ayudar en la devoción estas cruces están normalmente adjuntas a catorce imágenes o tablas representando las estaciones de Jerusalén.”

Según el enlistado por San Alfonso María Ligorio, religioso napolitano, obispo de la Iglesia católica y fundador de la orden de los Redentoristas ((Marianella, 27 de septiembre de 1696- Pagani, , 1 de agosto de 1787):

  • Primera Estación: Jesús sentenciado a muerte;[4]
  • Segunda Estación: Jesús es cargado con la cruz;
  • Tercera Estación: Jesús cae la primera vez debajo de la cruz;
  • Cuarta Estación: Jesús encuentra a su afligida madre;
  • Quinta Estación: Simón (Cirineo o de Cirene) ayuda a Jesús a llevar la cruz;
  • Sexta Estación: La Verónica limpia el rostro de Jesús;
  • Séptima Estación: Jesús cae la segunda vez con la cruz;
  • Octava Estación: Las mujeres de Jerusalén lloran por Jesús;
  • Novena Estación: Jesús cae por tercera vez con la cruz;
  • Décima Estación: Jesús es despojado de sus vestiduras;
  • Undécima Estación: Jesús es clavado en la cruz;
  • Duodécima Estación: Jesús muere en la cruz;
  • Decimotercera Estación: Jesús es bajado de la cruz (y puesto su cuerpo en brazos de María, su madre);
  • Decimocuarta Estación: Jesús colocado en el sepulcro.

El Viernes Santo de 1991 el pontífice católico Juan Pablo II a través de un texto de meditaciones creó un nuevo Viacrucis con 15 estaciones basadas en momentos del Nuevo Testamento, ya que el anterior recogía muchos pasajes de los Evangelios apócrifos entre los que se encontraban el encuentro de Jesús con María, su madre, y la escena en la que la Santa Mujer Verónica le enjuga el rostro a Jesús. Este nuevo viacrucis comienza con la oración de Jesús en el huerto de Getsemaní y finaliza con la Resurrección de Cristo. Era un intento de acercar ecuménicamente a todas las confesiones cristianas.

El nuevo Vía Crucis del Papa Juan Pablo II es[5]:

■ Primera Estación: Jesús en el huerto de los Olivos;

■ Segunda Estación: Jesús, traicionado por Judas, es arrestado;

■ Tercera Estación: Jesús es condenado por el Sanedrín;

■ Cuarta Estación: Jesús es negado por Pedro;

■ Quinta Estación: Jesús es condenado a muerte por Pilato;

■ Sexta Estación: Jesús es flagelado y coronado de espinas;

■ Séptima Estación: Jesús carga la cruz;

■ Octava Estación: Jesús es ayudado por Simón el Cirineo a llevar la cruz;

■ Novena Estación: Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén;

■ Décima Estación: Jesús es crucificado;

■ Undécima Estación: Jesús promete su reino al buen ladrón;

■ Duodécima Estación: Jesús crucificado, la madre y el discípulo;

■ Decimotercera Estación: Jesús muere en la cruz;

■ Decimocuarta Estación: Jesús es sepultado;

■ Decimoquinta Estación: Jesús resucita de entre los muertos.

 

ESTACIONES DEL VÍACRUCIS[6]

Primera estación. Jesús es condenado a muerte. (Mateo, Marcos, Lucas y Juan.[7])

Segunda estación. Jesús con la cruz a cuestas. (Sólo lo menciona Juan.)

Tercera estación. Jesús cae por primera vez. (No considerado por los evangelistas.)

Cuarta estación. Jesús encuentra a su Santísima Madre. (No considerado por los evangelistas.)

Quinta estación. El Cirineo ayuda a Jesús a llevar la cruz. (Asentado por Mateo, Marcos y Lucas.)

Sexta estación. La Verónica limpia (o enjuga) el rostro de Jesús. (Ninguno de los evangelistas reconocidos lo menciona. Verónica aparece en los apócrifos identificada con el nombre de Berenice, la mujer que padecía de flujo.)

Séptima estación. Jesús cae por segunda vez. (No considerado por los evangelistas.)

Octava estación. Jesús consuela a las piadosas mujeres. (Sólo aparece en Lucas.)

Novena estación. Jesús cae por tercera vez. (No considerado por los evangelistas.)

Décima estación. Jesús es despojado de sus vestiduras. (No considerado por los evangelistas.)

Undécima estación. Jesús es clavado en la cruz. (Asentado por Mateo (“Eli, Eli Lamma Sabacthani”); Marcos (“Eloy, Eloy, ¿lama Sabacthani?”); Lucas (Padre. En tus manos encomiendo mi espíritu) y Juan (“Todo está consumado” o “Consumado es”.)

Duodécima estación. Jesús muere en la cruz. (Los cuatro evangelistas lo asientan.)

Decimotercera estación. (El cuerpo de) Jesús (es bajado de la cruz y puesto) en los brazos de María Santísima. (No considerado por los evangelistas.)

Decimocuarta estación. Jesús es puesto en el sepulcro. (Mateo, Marcos, Lucas y Juan.)

Última estación (decimoquinta). La resurrección de Jesús. (Mateo, Marcos, Lucas y Juan.)

 

ESTACIONES DEL VIACRUCIS

En esta experiencia penitencial extendida por Europa con evolución entre los siglos XV y XVII, el número de sus estaciones variaba de  siete, para recordar simbólicamente las caídas del Señor en su camino al Calvario, como símbolo (el siete es número de plenitud) del sufrimiento de Cristo y de quien siga sus enseñanzas. Solían ser doce, dieciocho (según la piedad en Polonia); diecinueve, veinticinco, veintisiete, como se señalan en el Perú en 1659, y hasta treinta y siete, con variadas y diversificadas imágenes correspondientes.

Cabe la mención de que en su recorrido para la fundación de las misiones franciscanas por Junípero Serra, las imágenes correspondientes del Vía Crucis provenían —bajo solicitud— de la benevolencia real y su origen estaba en los talleres de impresión en Florencia.

 

Notas:

[1] Un viaje por la historia del Vía Crucis, Fuente: Ramón de la Campa Carmona.

[2] Con ése ambiguo “tal”, es muy posible remita a Christian Kruik van Adrichem, o Christianus Crucius Adrichomius, (February 13, 1533 — June 20, 1585).

[3] http://es.radiovaticana.va

[4] “Condenado a muerte, debe llevar Jesús su cruz al Gólgota. La distancia del pretorio al Gólgota seria de 600 metros.” rvassolo.wordpress.com/2014/04/13.

[5] razon.com.mx / foro.catholic.net / todotrujillo.pe /

[6] lafecatolica.com con fecha del 13 abril, 2014. Ilustrada con Imágenes de la película La Pasión (del) Cristo de Mel Gibson, protagonizada por Jim Caviezel como Jesucristo; Maia Morgenstern, María, madre de Jesús; Mónica Belluci, María Magdalena; Hristo Naumov Shopov, Poncio Pilato…

[7] Este paréntesis y los siguientes basados en “La Santa Biblia. Antiguo y Nuevo Testamento. Antigua versión de Casiodoro de Reina (1569) revisada por Cipriano de Valera (1602) y cotejada posteriormente con diversas traducciones y con los textos hebreo y griego. T. S. E. L. F. 1975.

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