Realidad y fantasía.

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Atotoztli[1]

María Castañeda de la Paz, en su profusa ˂˂Historia de una casa real. Origen y ocaso del linaje gobernante en México-Tenochtitlan>>, inserta en la nota 11: “El nombre de la mujer se compone de agua (a-tl), pájaro (toto-tl) y la pluma amarilla (toztli), “ave acuática [de pluma] amarilla]”. El del hombre está compuesto por una cabeza, mitad pedregosa, de cuya boca sale una voluta de arena. De él sólo podemos leer el elemento piedra (te-tl). Hay que decir, además, que una serie de glosas en el documento tratan de vincular a algunos de los señores con Ehecatepec, y en el caso de Huehue Tezozómoc, erróneamente se dijo que éste era sobrino de Itzcóatl. Ninguna fuente histórica tiene este registro como tal.” [2] Por otra parte, atotoztli a manera de calificativo contiene el concepto de belleza e inteligencia extraordinaria y un matiz (color amarillo) de esencia divina.

Es necesario comprender que los términos esclavitud y esclavo en el México antiguo difieren considerablemente de la óptica, del concepto y la práctica en el pensamiento europeo. Es momento de adecuar el concepto que entraña más una especie de floja sumisión —a veces autoimpuesta— temporal: “El tlacotli (plural: tlatlacotin)… trabaja para otro, ya sea como trabajador agrícola, ya sea en el servicio doméstico, o como cargador en las caravanas de los comerciantes. Las mujeres esclavas hilan, tejen, cosen o remiendan los vestidos en la casa de su amo y muchas veces se cuentan entre el número de sus concubinas… Además los tlatlacotin podían poseer bienes, acumular dinero, adquirir tierras, casas, esclavos para su propio servicio. Ninguna barrera se interponía al matrimonio entre esclavos y ciudadanos. Un esclavo podía casarse con una mujer libre; con mucha frecuencia una viuda se casaba  con uno de los esclavos que, por este hecho, se convertía en jefe de la familia. Los hijos nacían todos libres, aun los de padres esclavos. A la condición de esclavo no estaba adherido ninguna estigma hereditario: el emperador Itzcóatl, uno de los más grandes de la historia mexicana, era hijo de Acamapichtli y de una esclava.” [3]

Jacques Soustelle amplia un tanto lo anterior: “Sobre el ascenso y obtención de privilegios: Chimalpahin refiere que una hija de Itzcóatl se enamoró de un macehualtzintli, ‘pobre plebeyo’ de Atotonilco; se casó con él y gracias a ese casamiento principesco se convirtió en señor de su aldea.” [4]

“La producción artística de Tenochtitlan estaba en manos de gremios compuestos en su mayor parte de familias toltecas. Como primer rey los aztecas eligieron a Acamapichtli, nieto del soberano de Culhuacán e hijo de Atotoztli, una princesa tolteca (Tezozómoc, Crónica mexicáyotl). Según la manera de pensar de la época, esto significaba que el rey era descendiente de Quetzalcóatl, por tanto, de estirpe divina, y que en vista de aquella antepasada, se consideraba de origen tolteca a todos los reyes aztecas. Descender de los toltecas era la ambición de los grandes de Tenochtitlan. Como se infiere del Códice Ramírez y de la obra de Durán, veinte de los principales decidieron dar al rey como esposa a sendas hijas suyas, ‘por ser él de linaje’, como se dice en la Relación de Genealogía.” [5]

Hay dos mujeres con el nombre de Atotoztli en la historia de la cultura mexica asentada en México-Tenochtitlan, una, la madre de Acamapichtli y la denominada Atotoztli II, hija del Tlatoani mexica Moctezuma Ilhuicamina, ambas de vital importancia para el linaje reinante, desde su inicio hasta el trágico final.

“Al punto fueron a Culhuacán los mexicanos: en cuanto llegaron inmediatamente le rogaron al llamado Naúhyotl, Teuctlamacazqui, rey de Culhuacán, diciéndole: ¡Oh señor, oh nieto mío, oh rey! … hemos venido humildemente a solicitar para tu poblado de Tenochtitlan, y a llevarnos a tu siervo, recuerdo, hijo y vástago suyo, collar y pluma preciosa nuestros, el llamado , el tercer Itzpapálotl (Acamapichtli); lo concederás ya que es verdaderamente hijo nuestro, y sabemos así mismo que es nieto de los culhuacanos; de la prosapia de los señores, de los reyes de los culhuacanos además irá a hacerse cargo de tu poblado de Toltzallan, de Acatzallan, de México, de Tenochtitlan; aparte, la princesa Illancueitl llegará a ser hija nuestra.

Al final del discurso de aceptación por parte del rey y sacerdote Naúhyotl queda la indicación de: “…Que gobierne además a los siervos de Tloque Nahuaque, de Yoalli, Éhecatl, Yaotzin, Tezcatlipoca, y guarde al sacerdote, a Huitzilopochtli; mas, como quizás todavía visita a mi doncellita, a la princesa Atotoztli, quién sabe si pueda ser que quiera ésta dejarle de su vista, ya que ciertamente es su hijo; id a llevárosle, que en verdad es Tenochtitlan su morada.” [6]

Para evitar confusiones en la aparición de los nombres tengamos en cuenta  el aporte de Miriam López Hernández en “De mujeres y diosas aztecas”: “Tres reinas en particular aparecen en la genealogía real de Tenochtitlan por derecho propio; sin embargo, no fueron tlatoque, únicamente ennoblecieron y mantuvieron la línea gobernante. La primera es Illancueitl (hermana de Atotoztli, madre de Acamapichtli), princesa culhua-tolteca. En algunos relatos es madre y en otros es esposa de Acamapichtli, primer tlatoani mexica (las fuentes varían, queda asentado que era madre adoptiva y tía del monarca, con lo cual el matrimonio entre ambos era permitido). Este vínculo dio a los tenochcas el derecho a declararse herederos del viejo Imperio tolteca. La segunda es Atotoztli, hija de Moctezuma I, esposa de Tezozomoc y madre de tres tlatoque: Tizoc, Axayacatl y Ahuitzotl. La tercera es Tecuichpo, llamada por los españoles Isabel, hija de Moctezuma II. Ella fue esposa de Cuauhtemoc y juntos vivieron el fin del Imperio mexica. De acuerdo con su quinto esposo, Juan Cano, Cuauhtemoc se casó con ella para afirmarse como tlatoani.” [7]

Asienta don Alfonso Caso en el apartado Acamapichtli: “Según una versión era hijo de Atotoztli y de una hija (sic) del rey de Culhuacán; según otra versión, era hijo de un hijo de Coxcoxtli, llamado Cuahutzin y de la hija de un jefe mexicano llamado Ixtlahuatzin, pero ambas versiones concuerdan en declarar que tenía sangre tolteca por ser descendiente del rey de Culhuacán Coxcoxtli…”. [8]En este párrafo, don Alfonso Caso reafirma la línea culhuacana de Acamapichtli por parte de su madre (Atotoztli) a más de ser hijo adoptivo de la hermana de ésta: Ilancueitl (Illancueitl) a quien algunas referencias otorgan título de reina de Tenochtitlan.

Jaqueline Ortiz Andrade en “El mito de Quetzalcoatl como fundamento ‘ficticio’ del derecho azteca”, asienta: “Al morir Izcóatl, tocó el turno a Moctecuhzoma I (el viejo, Señor enojado), hijo de Huitzilihuitl. A la muerte de Moctecuhzoma, no tenía hermanos que lo sucedieran en el poder y sólo tenía una hija; Atotoztli.

Atotoztli, transfirió el derecho de gobernar a sus hijos pero no a su esposo; ella heredó el trono y fue quien gobernó como tlatoani, pues de acuerdo con las reglas de sucesión era ella, descendiente legítima de Moctecuhzoma I quien tenía derecho al trono. Para mantener el poder en su familia se casó con su tío Tezozómoc, hijo del cuarto tlatoani, Itzcóatl, hermano menor de su abuelo, Tezozómoc fue el esposo de una mujer tlatoani y padre de los tres reyes posteriores: Axayácatl, Cara de agua, Tizóc, El sangrado y, Ahuízotl, quienes gobernaron, siguiendo el orden de su nacimiento.”[9]

Don Manuel Orozco y Berra al establecer el orden en la sucesión de los tlatoanis en el espacio de México-Tenochtitlan destaca que: “…Siguió Motecuhzoma Ilhuicamina, hijo de Huitzilíhuitl, quien murió sin sucesión masculina; mas teniendo una hija, los descendientes de ésta ocuparon el trono, y fueron Axayácatl, Tizoc y Ahuizotl.” [10]

Extraemos una mínima parte del complejo aporte “Los códices de Ixhuatepec. Un testimonio pictográfico de dos siglos de conflicto agrario.”, de Ana Rita Valero García Lascuráin:

“4 ¿Atotoztli? Acompañada de un glifo que consiste en el perfil de un ave emergiendo del agua, se le identifica con una princesa de Culhuacan por ser hija de Coxcoxtli. Atotoztli se casa con un mexica de nombre Opochtli Iztahuatzin, y de esta unión va a nacer nada menos que Acamapichtli, el primer señor de México. Así, va a ser nuevamente la vía femenina como Tenochtitlan adquiere la muy ansiada sangre tolteca: se trata de una dicotomía que opera entre Atotozli (Atotoztli), madre de Acamapichtli, e Ilancuéitl (Illancueitl), su esposa, ambas donatarias de alcurnia.

  1. Cohuatlincha(n), topónimo del importante sitio de Acolhuacan, aparece con su glifo consistente en una calli de la cual emerge una serpiente. Lugar de origen tanto de Atotoztli como de su hermana Ilancuéitl (Illancueitl), aunque otras fuentes aseguran que ambas damas eran de Culhuacan, la otra ciudad tolteca de gran importancia.

Sin embargo, el Códice Chavero parece situarlas allí en Cohuatlichan, donde aparentemente vivía Acamapichtli cuando la misión diplomática de Tenochtitlan se dirige a Culhuacan en busca de un gobernante.

16 ¿Atotoztli? La figura que sigue a Ilhuicamina es la de una dama que fue colocada por el tlacuilo (tlacuhilo) indicando una jerarquía similar a aquél, es decir, el formato del diseño sugiere una posición de igualdad entre los dos señores que la rodean —Ilhuicamina y Axayácatl— y la dama en cuestión. Desgraciadamente, ésta carece de glifo patronímico que la pudiera identificar con mayor seguridad; sin embargo, su cercanía con Ilhuicamina conduce a pensar que se trata de su hija, tal vez ¿Atotoztli? Esta parece haber sido una dama de recia personalidad, ya que incluso algunas fuentes la incluyen en la lista de gobernantes tenochcas.

“No deja de ser interesante el que la mujer haya tenido los mandos de Tenochtitlan durante un tiempo, y aunque son pocas las fuentes que le reconocen su calidad de mandataria, parece que ella gobernó durante un periodo de interinato, es decir una especie de interregno que se dio entre el momento de la muerte de Ilhuicamina y la toma de posesión formal de Axayácatl sobre el trono tenochca.”, anota Ana Rita Valero García Lascuráin.

“Tras los fugaces gobiernos de Huitzilihuitl y Chimalpopoca, llegó al trono de Tenochtitlan, Itzcoatl (1427-1440)3. Ciertas fuentes son unánimes al tacharlo de hijo natural, de lo cual se intuye que es muy probable que Itzcoatl no contaría con la legitimidad suficiente como para convertirse en el tlatoani del altepetl. Previendo entonces que a su muerte se desataría una encarnizada lucha por el trono entre aquellos que nunca aceptarían la legitimidad de su hijo (Huehue Tezozomoc), debió ser él quien le propusiera un pacto sobre sucesión a Moctezuma Ilhuicamina. Éste, miembro legítimo del linaje real tenochca, no tenía nada que perder pues los documentos señalan que tan sólo dejaba a una hija como heredera (Atotoztli)*. La cuestión es que a fin de evitar una crisis sucesoria, Moctezuma Ilhuicamina gobernaría a la muerte de Itzcoatl y después lo harían los hijos de Huehue Tezozomoc y Atotoztli: Axayacatl, Tizoc y Ahuizotl (Ahuitzotl). Una alianza que reforzaba la legitimidad de sus hijos y, por tanto, la continuidad de éstos en el gobierno. A partir de este momento, como ya estableció Carrasco, en Tenochtitlan se impuso un patrón de sucesión colateral. Un aspecto muy importante porque, como veremos, este patrón fue el que se trató de mantener a lo largo de todo el siglo XVI.” [11] Aquí remite a la nota cinco: “Es nuevamente aquí sospechosa la muerte de su hijo, el posible heredero (cf. Nota 4). Moctezuma Ilhuicamina tuvo un hijo llamado Iquehuac, pero fue asesinado. Véase Anales de Tlatelolco, paleografía y traducción de Rafael Tena, Conaculta, México, 2004, p. 95; Crónica Mexicayotl, op. cit., p. 110; Chimalpahin, op. cit. p. 99 habla de otro hijo (Machimale) que nunca pudo optar al trono.” [12]

… “La Genealogía de Pedro Dionisio es un documento pictográfico que nos habla precisamente de la importancia de la unión entre Huehue Tezozomoc y Atotoztli, y especialmente de ella como transmisora de la legitimidad. Afirmamos esto porque en el caso de las pictografías tenochcas, las mujeres suelen aparecer cuando son importantes para el propósito del documento, de otra manera a ella no se la hubiera representado[13]. Sea como fuere, en la parte superior del documento se pintó a Itzcoatl y a Moctezuma Ilhuicamina sobre un trono de petate con respaldo (tepotzoicpalli) y portando la diadema de turquesas (xiuhhuitzolli) para indicar que eran tlatoque. Bajo ellos están sus respectivos hijos, Huehue Tezozomoc por un lado y Atotoztli por el otro. Ambos están uno frente a otro, convención pictográfica para indicar que son pareja, como asimismo corrobora la línea punteada por la que están unidos. De este matrimonio entre tío y sobrina nacerían Tizoc, Axayacatl y Ahuizotl (Ahuitzotl), de quienes descenderían los señores que gobernarían el altepetl en la colonia. Empero, parece que la rama de Axayacatl fue la que se legitimó con más fuerza en el poder, como en unos momentos se verá con más detalle.”

…“A la llegada de los españoles estaba a la cabeza de Tenochtitlan precisamente un hijo de Axayacatl: el huey tlatoani (gran gobernante) Moctezuma Xocoyotzin. Su reacción frente a los españoles, incomprendida por su pueblo, provocó que muchos nobles tomaran la decisión de elegir a otro gobernante y que lo hicieran siguiendo el patrón colateral de sucesión. Como de nada les servía Moctezuma, prisionero y acatando las órdenes de los invasores, el elegido fue su hermano Cuitlahuac, también hijo de Axayacatl. Pero éste sólo gobernó 80 días porque murió de viruela. En esta difícil coyuntura Cuauhtemoc se proclamó tlatoani, pero dudo que en circunstancias normales hubiera accedido al cargo. Cuauhtemoc era del linaje de Ahuizotl y no del de Axayacatl, y eso quizás explica el interés de algunos grupos por establecer un vínculo más sólido con Moctezuma, a través del matrimonio con su hija (Tecuichpo, llamada doña Isabel Moctezuma por los españoles). En cualquier caso, el nuevo tlatoani tenía muchos elementos a su favor. Era de la alta nobleza, destacaba como un aguerrido guerrero determinado a no aceptar al nuevo invasor, y contaba además con una doble ascendencia que le valió el unánime apoyo de tenochca y tlatelolcas.”[14]

Genealogía de la dinastía tenochca por Carlos Santamarina Novillo. [15]

Después de seguir las diversa documentación de complejas intrigas de corte contrastantes de la “versión oficial” a “la tesis golpista”, Carlos Santamarina Novillo  añade: “De acuerdo con el sistema semi-hereditario culhua-mexica al que hemos hecho referencia, constituye una anomalía el hecho de que la sucesión de Moctezuma Ilhuicamina recayera, en lugar de en Iquehuacatzin, en Axayácatl, hijo de Atotoztli (hija del tlatoani fallecido (Chimalpopoca) y de Tezozómoc, hijo a su vez de Itzcóatl. En lugar de elegir al hijo varón del tlatoani fallecido, y por ciertos motivos políticos, se prefirió unificar la línea paterna descendiente de Itzcóatl con la descendiente de Moctezuma Ilhuicamina, casando a Tezozómoc con Atotoztli y reinando sucesivamente los tres hijos de éstos: Axayácatl, Tízoc y Ahuítzotl. El siguiente tlatoani sería Moctezuma Xocoyotzin, hijo del primogénito de los tres hermanos, con lo que la norma se veía cumplida. De esta manera, parece ponerse de manifiesto un afán de compatibilizar, por vía matrimonial, la norma sucesoria paterno-filial, con ciertos intereses políticos que inducían a redireccionar la sucesión hacia el linaje de Itzcóatl. Con tal unión se culmina la maniobra política que eliminó el componente tepaneca de la dinastía real tenochca, haciendo común la descendencia de dos de los principales líderes de aquella conspiración.”[16]

Y añade en la nota 27: “Zantwijk (1978:93) menciona el posible interés de Tlacaélel en entronizar a su favorito Axayacatzin, supuestas presiones de la corte texcocana o posibles objeciones a la ascendencia materna de Ilhuicamina. Quizá las dos primeras razones son más verosímiles y además compatibles: hubo una facción interesada en redireccionar la línea sucesoria hacia la línea de los descendientes patrilineales de Itzcóatl.”

Don Miguel León Portilla en “Los antiguos mexicanos” anota: “En medio de la crisis (ante la crisis suscitada por la muerte de Tezozómoc, rey de Azcapotzalco y la subida al trono del ‘tirano’ Maxtlatzin poco afecto a los aztecas), los aztecas eligieron como cuarto rey de Tenochtitlan a Itzcóatl, hijo de Acamapichtli y de una bella esclava de Azcapotzalco. La primera actuación de Itzcóatl iba a consistir en hacer frente a la amenaza tepaneca de Maxtlatzin…” [17]

Para entender la importancia de esta mujer en los asuntos de la política tenochca queda el enlistado de los Tlatoanis mexicas [18] tomado de la página arqueomex.com:

“Tener un gobernante a la manera de otras ciudades, regidas por nobles pertenecientes a linajes añejos y prestigiosos, era un requisito indispensable para que los mexicas mejoraran su posición política respecto a aquellas entidades.

“Uno de esos linajes era el de los toltecas, los que habitaban en la ciudad de Culhuacan. Fue a Náuhyotl, el tlatoani de este lugar, que los mexicas solicitaron les designara un gobernante y que éste fuera Acamapichtli pues reunía dos condiciones fundamentales: era hijo de un mexica, Opochtli, y de Atotoztli, una princesa hija de Náuhyotl. Éste aceptó la petición y propició así el surgimiento de un linaje mexica y con ello de un mejor estatus político para su ciudad, Tenochtitlan.

“Acamapichtli. ‘Puñado de cañas’. (1375-1395). Fue el primer tlatoani de Tenochtitlan, cargo al que llegó entre otras cosas gracias a su ascendencia tolteca por vía materna. De él descienden todos los señores que gobernaron Tenochtitlan. Tuvo como esposas a las hijas de los principales señores de Tenochtitlan, y no sólo fundó la dinastía que gobernaría la ciudad hasta la conquista española sino que constituye la simiente de la nobleza mexica.

“Huitzilíhuitl. ‘Pluma de colibrí’. (1396-1417).

“Chimalpopoca. ‘Escudo humeante’. (1417-1426).

“Izcóatl. ‘Serpiente de obsidiana’. (1427-1440).

“Moctezuma Ilhuicamina. ‘El que se muestra enojado, el que flecha al cielo’. (1440-1469).

“Axayácatl. ‘El de la máscara de agua’. (1469-1481) aunque también puede ser “el que tiene agua en la cara, el esforzado”; se representa por un rostro humano del que brota una corriente de agua. Nacido en 1450, fue nieto de Moctezuma Ilhuicamina. Su madre, Atotoztli, era hija de ese tlatoani y su padre, Tezozómoc, hijo de Itzcóatl, el cuarto gobernante mexica. Casó con muchas mujeres y entre sus hijos se encuentran Moctezuma Xocoyotzin y Cuitláhuac, noveno y décimo tlatoque de Tenochtitlan.

“Tizoc. ‘El que hace sacrificio’. (1481-1486).

“Ahuitzotl. ‘El espinoso del agua’. (1486-1502).

“Moctezuma Xocoyotzin. ‘El que se muestra enojado, el joven’. (1502-1520).

“Cuitláhuac. ‘Excremento divino’. (1520).

“Cuauhtémoc. ‘Sol que desciende’. (1520-1521).”

Don Miguel León Portilla abunda en Toltetecáyotl, Aspectos de la cultura náhuatl: “Entre esa población (Tenochtitlan) comenzó  a surgir un estrato dominante, el de los pipiltin, resultado de la entronización de Acamapichtli, la venida de otros nobles culhuacanos, la fusión con las doncellas hijas de antiguos teyacanque y el reconocimiento de méritos de distintos personajes.”

“3. Los pipiltin y a independencia de Tenochtitlan.

“De las noticias de interés para el conocimiento del desarrollo socioeconómico de Tenochtitlan durante el reinado de Huitzilihuitl (1319-1415), entresaco las siguientes:

“En la elección del tlatoani participaron los principales de los cuatro Campa o grandes sectores de la ciudad. Una vez que éstos se pusieron de acuerdo, informaron de su decisión  ‘a la gente del pueblo… hombres y mujeres, viejos y mozos… Oídos por el pueblo, respondieron todos a una que confirmaban la elección…’ (Aquí remite a Durán). Importa tener presente esta manera de pre-elección por parte de ‘los principales’ con la consiguiente ratificación por el pueblo, ya que más adelante se introducirán modificaciones en la elección.

“Huitzilíhuitl, para aligerar la carga tributaria y de servicios que los mexica tenían que cumplir con los tepanecas, contare matrimonio con una princesa hija de Tezozómoc, tlatoani de Azcapotzalco. Se incrementa así la vinculación mexica con los pipiltin y tlatoque que gobiernan en tierras cercanas. De este primer matrimonio de Huitzilíhuitl con la tepaneca, nace Chimalpopoca que logra varios favores de su abuelo en provecho de los mexicas. Otra mujer tuvo Huitzilíhuitl que vino a ser la madre de Motecuhzoma Ilhuicamina. Fue ésta hija del tlatoani de Cuauhnáhuac.

… “El ascenso de Chimalpopoca, al morir Huitzilíhuitl (1415), se hizo con los buenos augurios de agradar a su abuelo Tezozómoc. Sin embargo muy pronto el antagonismo de varios pipiltin tepanecas iba a alterar gravemente la situación. Se opusieron éstos a conceder que los mexicas llevaran agua de Chapultepec a su ciudad. El argumento del parentesco de Chimalpopoca, que era en parte del linaje tepaneca, fue rechazado ya que se dijo que ‘aunque era de casta de tepanecas, que era por vía de mujer el parentesco y que de parte de padre era hijo de mexicanos, y que siempre se inclinaría a la parte del padre… “[19]

Los grupos humanos constituidos en las grandes culturas mesoamericanas no eran aquellos seres inferiores medio bobalicones que miraban a las estrellas divididos sus sentimientos entre Quetzalcóatl (divinidad) y Huitzilopochtli, entre la brutalidad de los sacrificios humanos y las creaciones refinadas del arte. Eran sociedades complejas que, en su desarrollo y predominancia contenían las realidades de todo ser humano en el poder o debatidos en la miseria. Rudolf van Zantwijk aporta un tanto para comprender las tensiones en la corte mexica de Tenochtitlan:

“Tanto en los códices y anales aztecas como en las crónicas coloniales se encuentran indicaciones de que hubo un conflicto de sucesión después de la muerte de Moteuhczoma Ilhuicamina Chalchiuhtlatonac, el quinto tlatoani de México-Tenochtitlan. El sistema de sucesión semi-hereditaria practicado por los mexicas forma un terreno de investigación que no ha sido agotado todavía. Parece que uno de los rasgos fundamentales de este sistema se encontraba en cierta regla de primogenitura que dictaba que, en los casos de sucesión por uno o más de los hermanos de un tlatoani… después de haber gobernado los hermanos, la función volvía a un descendiente de aquel (de) entre ellos que ocupó el puesto como sucesor inmediato de su padre o madre. De esta manera se mostraba la tendencia de que una función gubernamental siempre regresara a un principal de la línea dominante de la alta nobleza. A veces esta tendencia se muestra tan fuerte que, bajo ciertas circunstancias, mujeres fueron preferidas sobre sus tíos, sobrinos y primos hasta para que ocupasen puestos en el sistema externo del gobierno que, por tradición y significación simbólica, era un terreno preferentemente masculino. Uno podría opinar que, por la misma razón, Moteuhczoma Ilhuicamina fue sucedido por su hija Atotoztll (Atotoztli), un hecho pasado en silencio por muchas fuentes históricas y relatado únicamente por otras pocas.

…“Por alguna razón u otra, después de la muerte de su padre, los aztecas no quisieron aceptar a Iquehuacatzin en esta posición suprema del imperio, sino dieron la preferencia a su hermana Atotoztli. Las fuentes tenochcas se callan respecto a esta cuestión, pero los Anales de Tlatelolco nos informan que en el año de VI-Tecpatl (1472), poco tiempo antes de la guerra civil entre Axayacatzin y Moquihuix, «mataron a Iquehuacatzin, quien debería llegar a ser el tlatoani de Tenochtitlan». La formulación expresada en estos Anales no deja ninguna duda respecto a las cualidades legales de Iquehuacatzin para que sea considerado un candidato serio para el puesto de tlatoani.

“En el año de la eliminación del desafortunado príncipe ya gobernaba un sobrino suyo, el mencionado Axayacatzin, un hijo menor de Atotoztli. Su padre era el príncipe Tezozómoc, un hijo de Itzcoatzin, antiguo tlatoani que había sido tío de Moteuhczoma Ilhuicamina. Tezozómoc estuvo siempre al lado de su esposa en el gobierno, pero nunca ocupó la función de tlatoani. Chimalpahin nos suministra algunas indicaciones respecto a un conflicto grave que se produjo en el seno de la familia real de Tenochtitlan en relación con el papel político del príncipe Iquehuacatzin. En su Tercera relación Chimalpahin ofrece unos datos sumamente interesantes sobre una revuelta palaciega que se efectuó en Tenochtitlan en el mismo periodo…”

“… Queda el misterio por qué los mexicas prefirieron a Atotoztli sobre su hermano Iquehuacatzin, pero una vez eliminado aquel príncipe se presenta ella como candidata más lógica. Sin embargo fue considerada como anomalía el ejercicio de la jefatura externa de un sistema político por parte de una mujer. Por eso la mayoría de las fuentes históricas de origen azteca no menciona el período de gobierno de Atotoztli, ni tampoco se refiere al apoyo recibido de su esposo Tezozómoc durante el ejercicio de su función. Unos pocos documentos, no más, nos permiten formarnos una idea sobre este ‘interregno’ entre Moteuhczoma Ilhuicaminatzin y su nieto Axayacatzin.”

“… Finalmente se puede contemplar el drama de Iquehuacatzin desde un ángulo totalmente distinto. De ciertas fuentes históricas, como unas cartas de Juan Cano, el esposo de Isabel de Moctezuma, los documentos intitulados ‘Origen de los mexicanos’ y ‘Relación de la genealogía’, las ‘Obras históricas de Ixtlilxóchitl’  y la ‘Historia antigua de México’ de (Francisco Xavier) Clavijero se deduce la importancia sobresaliente de una hija legítima de Moteuhczoma Xocoyotzin, que se casó primero con su tío Cuitlahuatzin y, después de la muerte de él, con el primo de su padre y sucesor de su marido anterior, el príncipe Cuauhtemotzin.

“Después de la Conquista la princesa o reina en cuestión se llamó doña Isabel de Moctezuma y se convirtió consecutivamente en la esposa de tres grandes españoles. Bajo el régimen colonial ninguna persona noble indígena recibió tantos privilegios y tratamientos especiales como la dicha doña Isabel de Moctezuma. Además de ser honrada y respetada por parte de los españoles, seguía recibiendo reverencias especiales del lado de la población indígena.

“Ahora bien, se ve que dentro de la historia dinástica de los aztecas, tanto la princesa Atotoztli como su bisnieta Tecuichpo ocupaban una posición especial y significativa. En ambos casos ellas se consideran ‘herederas’ o por lo menos ocupantes legales del trono, mientras que al mismo momento se están ‘legalizando’ los descendientes de otra línea colateral de la familia real, por los lazos matrimoniales con el primo de su padre. Esta idea se expresa claramente en el ‘Origen de los mexicanos’, cuando dice respecto a la entronización de Cuauhtémoc:

“… é, porque legítimamente pudiese ser Señor, concertaron de casallo con la dicha Doña Isabel, hija del dicho Motesuma, de la misma manera que lo hizo el viejo Motezuma (=llhuicamina)

que ya dijimos, que casó su hija con su sobrino, hijo de su hermano Iscoad …

“Probablemente esta cita contenga una equivocación en el sentido de que Itzcoatzin no era su hermano sino un tío de Motecuhzoma llhuicamina, pero de todas maneras se indica claramente que Cuauhtémoc legalizó su gobierno por haberse casado con su prima segunda, la hija legítima de su antecesor. Parece que antes de él Cuitláhuac intentó seguir el mismo procedimiento, pero duró solamente unos ochenta días en el gobierno y no resulta muy clara si de veras se entronizara ritual y ceremonialmente o no. En relación con todo esto es muy interesante que, igual como en el caso de Atotoztli, Tecuichpo tenía a un hermano legítimo suyo también, que se llamaba Axayácatl. ¡Sin embargo los aztecas mismos le mataron durante la noche triste, mientras que, al mismo momento, salvaron a su hermana liberándola de las manos de los conquistadores!

“Yendo más atrás en el tiempo, vemos a una tercera mujer que ocupa una posición especial en la dinastía azteca. Me refiero a Ilancueitl (Illancueitl), la esposa de Acamapichtli Itzpapálotl Chilatexotzin, el cual, según varias fuentes, era el primer tlatoani de México-Tenochtitlan. Ilancueitl es descrita como una descendiente de la alta nobleza tolteca. En el Códice de Izhuatépec aparece ocupando el puesto gubernamental de TIacateccatl, o por lo menos como encargada del tecpan, el palacio gubernamental, de Tenochtitlan, que se situaba en el cuadrante noreste de la ciudad, llamada Atzacualco.” [20]

Con la prudencia correspondiente queda el texto siguiente obra del licenciado Ignacio Álvarez en su esfuerzo concretado en el tomo I de su Historia Antigua que muestra la posibilidad de que en casos extraordinarios no resultara del todo inconveniente la dirección o entronización de una mujer en los espacios del gobierno de la vida en el México antiguo. Establece la diferencia de épocas y reinos para las nombradas Atotoztli y en un amplio recorrido por la vida en el pasado prehispánico aclara, añade y siembra dudas con respecto a la unidad de los criterios históricos vigentes y aceptados, de los posibles yerros en las traducciones y adecuaciones y establece la sana duda junto a la necesidad de ampliar y profundizar en el estudio de las culturas arrumbadas en la quemazón de los libros indígenas y el previo ajuste a la historia iniciado y patrocinado por Tlacaélel.

“Vestido el rey con los adornos que acostumbraba llevar en vida, fue conducido al templo de la rana que él había hecho construir, y ahí fue depositado su cadáver incensado con la veneración de su pueblo. Concluidos los honores fúnebres, la nobleza pasó á espresar sus sentimientos de dolor ante la reina Xiuhtlaltzin: y como un tributo de justo reconocimiento, por el esfuerzo con que ayudó á llevar la carga que había pesado sobre los hombros de su esposo la proclamaron reina.

“El hijo mayor de Mitl, que era Tecpancaltzin estaba ya en estado de gobernar; pero amaba tanto á su buena madre, que lejos de ofenderse por la pretencion de la nobleza, que era contraria á las leyes del reino y á los derechos que ellas le daban para ceñir la corona, fue el primero en proclamar por reina á la Señora, la cual creyó un deber, aceptar sobre  sí la difícil y pesada tarea de gobernar aquel pueblo.”[21]

“Once años despues, en el de 1231, dispuso el emperador (el autor refiere a Xólotl) casar también á los dos hijos de Acolhuatzin, llamados Acolhua y Acamapichtli, nietos suyos é hijos de Cuetllaxochitl su hija mayor. Para el primero se eligió á una hija de Iztaquauhtli, señor de Amazahuacan: y para el segundo á llancuestl, hija mayor de Achitometl rey de Culuhacan; solicitando al mismo tiempo á la hija menor del mismo, llamada Atotoztli, para esposa de Huerzin (sic) á quien se había concedido el señorío de Tepetlaostoc y que por muerte de su padre Izmitl, heredó los dominios de Coatlichan, que fueron concedidos á Tzontecomatl uno de los tres gefes Acolhuas.” [22]

“Huetzin, señor de Tepetlaostoc y rey de Coatlichan, vuelto de la espedicion contra Iacanex, se casó con la princesa Atotoztli; y al general Tochintzin, que había mandado en jefe aquella jornada, se le premiaron sus acertadas disposiciones y la actividad para ejecutar las órdenes imperiales, disponiendo su casamiento con la infanta Tomiyauh hija del rey de Xaltocan su compañero de armas, cediéndole el señorío de la ciudad de Huexotla y honrándolo con la dignidad de Tecuhtli.” [23]

“En el mismo año (¿1239?) murió también Huetzin rey de Coatlichan y Señor de Tepetlaostoc, habiendo tenido siete hijos en sú matrimonio con la princesa Atotoztli hija de Achitometl: los cinco varones se llamaron Acolmixtli, Quecholtecpantzin, Tetliouhpequi, Memélxoltzin y Chicomatzin; y las mujeres fueron Coxchintzin y Coaraconac. El primogénito Acolmixtli, sucedió en el trono á Huetzin: el segundo y cuarto, fueron nombrados señores de Tlaxcallan y á los otros dos se les dio el señorío de la ciudad de Huexotzinco.” [24]

“Al levantarse esta tempestad, los mexicanos ó aztecas pensaron ponerse al abrigo de estas turbulencias, contrayendo alianza con alguna de las potencias mas poderosas. Hallaban un medio oportuno en el casamiento de su rey Huitzilihuitl, con la princesa Atotoztli hija de Acamapichtli, hermano de Acolhua II rey de Azcapozalco, que había casado con Ilancueitl hija de Achitometl rey de Culhuacan.” [25]

“En el año de 1340 señalado con el geroglífico de cuatro pedernales según la cronología de Veytia, murió Xiuhtemoc; y no dejando sucesión, según las antiguas leyes toltecas, debía recaer la corona en Acamapichtli ó Acamapitzin hijo de Iluitzilihuitl y de la princesa Atotoztli hermana de Xiuhtemoc, ante quien vinieron luego los principales señores del reino de Culhuacan para rendirle obediencia…” [26]

“En el mismo año de 1357 murió Tenuchtzin jefe de los mexicanos… e hizo elección de rey, que recayó en Acamapichtzin, por ser hijo de Huitzilihuitl el primer rey que habían tenido los mexicanos cuando vivían en el cerro de Chapoltepec. Este se hallaba actualmente en el trono de Culhuacan por muerte de Xiuhtemoc que murió sin succesion, quedando solo de aquella casa la princesa Atotoztli su esposa. Al poco tiempo de ser nombrado rey de México, le pareció mas agradable esta ciudad que había progresado durante el gobierno de Tenuchtzin y trasladó á ella su corte abandonando la de Culhuacan.” [27]

“… el mismo año de 1402 en que nació Nazahualcoyotl, murió Acamapichtzin. Este había tenido de su esposa Texcatlamiahuatl, dos hijos llamados Huitzilihuitl y Chimalpopoca: y de una esclava que figuraba entre sus concubinas, tuvo otro hijo llamado Itzcoatl ó Izcohuatl.” [28]

Según este autor, al subir al trono Huitzilihuitl era aún soltero, por tanto, los altos poderes mexicas acuden al rey Tezozómoc con la solicitud: “Dadnos una de vuestras hijas, á fin de que venga á reinar en vuestra tierra.” [29]

“Siendo pues tanta vuestra benignidad para con vuestros siervos, que dejais en su arbitro la elección, la que desea para su señora y reina es la piedra preciosa de tu hija Miahuaxochitl.”… “ de este matrimonio, nació en el año 1404 el príncipe Moteuhzuma, que después ocupó el trono de México, siendo uno de sus famosos reyes, á quien se le puso el renombre de Ilhuicamina, que quiere decir flechador del cielo.” [30]

De la importancia de ambos personajes cuyo nombre queda inserto en la Historia con el nombre de Atotoztli, es su permanencia un tano oculta en la narrativa, su variada catalogación con título de princesa, esclava o concubina, la apropiación que de ellas (o ella ¿cuál?) hacen las contradictorias referencias parciales en el terreno feminista y la esencia en el mito y en el calificativo anexo a la belleza y a la inteligencia femenina.

No estará de más concluir con otra Atotoztli en la ficción asentada en la vida cotidiana:

“… Por primera vez el orgullo le llena. ‘Octli el tolteca’ en voz de Atotoztli aumentaba cuatrocientas veces su importancia. Él es importante.

“Verla hoy fue extrañarla, entender su cercanía, conocerla de nuevo.”[31]

Yolcayotl
(Como [un] caracol [para ti]).

Ahí, hasta donde llegue la flecha,
hasta ahí llegaré.

Ahí, donde muere la flor y la esperanza,
con la flor y la esperanza moriré.

Ahí, donde nace la gota de rocío,
ahí, ahí renaceré para ti.

Que a su muerte propició el canto triste del tolteca:

Icnocuicatl
(por una lechuza)

Señor de todas partes, de todo el tiempo,
va hacia ti la lechuza,
radiante el plumaje,
tranquilo el semblante por cumplir con tu encomienda.
Hizo lo posible según sus fuerzas,
hoy la lechuza va tras tu eternidad
en el prado refrescante.

Uno, dos, tres, cuatro veces
la oración aromática te llama por ella,
la quinta plegaria es el homenaje
de la lechuza con plumaje radiante:
ella te la dedica.

Tú a nadie olvidas.
Mírala, alguna vez fue joya preciosa,
risa transparente, sueño de vida,
hoy es lechuza en vuelo hacia ti
a quien cantará los días y las noches.

Lleva en sus ojos la luz del tiempo vivido,
el número y el brillo de las estrellas,
la imagen nocturna del conejo
sobre la piel de jaguar;
lleva el viento, la lluvia,
el calor en el cuerpo
y el frió adherido a sus huesos;
lleva el murmullo del llanto y las risas
junto al susurro de las oraciones,
de las aguas corrientes, de las quietas;
lleva el canto aprendido a las piedras,
el himno de las nubes y el clamor del trueno,
los colores, el verde, la imagen de las formas animadas
y el aliento acumulado durante su corta estadía
entre nosotros,
antes de ir a ti, para ya no vernos.

Señor de todas partes, de todo el tiempo,
va hacia ti la lechuza
con su plumaje radiante.

Notas sobre Atotoztli:

[1] Rémi Simeón. Diccionario de la lengua náhuatl o mexicana. Décimo primera edición en español, 1994. Siglo XXI Editores, S. A. de C. V., con la traducción de Josefina Oliva de Coll. Página 44: “Atotoztli princesa de gran belleza, esposa de Huetzin, rey de Coatlichan  ||  madre del rey de México Acamapich (Clav.).
[2] María Castañeda de la Paz. ˂˂Historia de una casa real. Origen y ocaso del linaje gobernante en México-Tenochtitlan>>, Nuevo Mundo Mundos Nuevos [Online], debates. 31 de enero de 2011.
[3] Jacques Soustelle. La vida cotidiana de los aztecas. FCE, cuarta reimpresión con la traducción de Carlos Villegas, página 82.
[4] Jacques Soustelle. La vida cotidiana de los aztecas. FCE, cuarta reimpresión con la traducción de Carlos Villegas, página 82: “Sobre el ascenso y obtención de privilegios.
[5] Paul Westheim. “Arte antiguo de México”, página 386. Segunda edición, 1970 de ERA, S. A., con la traducción de Mariana Frenk.
[6] Fernando Alvarado Tezozómoc. Elección de Acamapichtli, primer Tlatoani de los aztecas. (Crónica mexicáyotl) páginas 274-275. Antología de Miguel León Portilla. Lecturas universitarias número 11. UNAM, Colegio de Ciencias y Humanidades, Instituto de Investigaciones Históricas, 1977.
[7] Miriam López Hernández en “De mujeres y diosas aztecas”, Tomo 1 página 41 de la serie Mujer mesoamericanas, CACCIANI, S.A. de C.V., agosto del 2011. fundacionarmella.org
[8] Alfonso Caso. Evolución política y social de los aztecas. Página 344. Antología de Miguel León Portilla. Lecturas universitarias número 11. UNAM, Colegio de Ciencias y Humanidades, Instituto de Investigaciones Históricas, 1977.
[9]  Jaqueline Ortiz Andrade. “El mito de Quetzalcoatl como fundamento ‘ficticio’ del derecho azteca”, página 253, la Revista Crítica Jurídica número 25 con fecha jul/dic 2006.
[10] Manuel Orozco y Berra. Organización social y política de los antiguos mexicanos. Página 301. Antología de Miguel León Portilla. Lecturas universitarias número 11. UNAM, Colegio de Ciencias y Humanidades, Instituto de Investigaciones Históricas, 1977.
[11] María Castañeda de la Paz. Obra citada.
[12] Ibíd.
[13] Ibídem. Aquí remite a la nota nueve que dice: “9 Que el linaje pasaba a través de Atotoztli es algo que acepta Gillespie, op. cit., p. 152, 154, aunque no estoy de acuerdo en que ella adquiriera el cargo de tlatoani. Ni el documento la representa como tal, ni ninguno otro.”
[14] Ibídem.
[15] Página 32 historicas.unam.mx  La muerte de Chimalpopoca.
[16] Ídem, páginas 309 y 310.
[17] Miguel León Portilla. “Los antiguos mexicanos”, página 88. Duodécima reimpresión, 1996.
[18] arqueomex.com Los tlatoanis mexicas. La construcción de un imperio. 30 de Abril, 2014.
[19] Miguel León Portilla. Toltetecáyotl. Aspectos de la cultura náhuatl. Segunda reimpresión 1987, FCE, en las páginas 252 y 253.
[20] Iquehuacatzin. Un drama real azteca. Rudolf van Zantwijk. historicas.unam.mx Páginas de 89 a 95.
[21] Estudios sobre la Historia General de México, por el Lic. Ignacio Álvarez, en su Tomo I correspondiente a la Historia Antigua, editado en Zacatecas en la Imprenta Económica de Mariano Ruiz Esparza, Calle del Gorrero, número 2, 1869.
[22] Ídem, página 101 correspondiente al capítulo XII:
[23] Ibídem. Página 103 continua la historia de la rebelión y derrota de Iacanex:
[24] Ibídem, páginas 116-117.
[25] Ibídem, página 129.
[26] Ibídem, páginas 149 y 150.
[27] Ibídem, páginas 157-158.
[28] Ibídem, página 175.
[29] Ibídem, páginas 177 y 178:
[30] Ibídem, página 73.
[31] Fragmento de “Luengas historias de… y sus alrededores”, editado en 1735 por el salmantino doctor José Lorenzo Torrenueva y Castillo. Este pasaje muestra un “Hijo de octli” diferente, faceta diferente del personaje distorsionado.

“Donde el doctor Lorenzo plasma el nombre de Atotoztli le da grado en la “Casa Grande”. Atotoztli contrajo matrimonio forzado con un soldado español durante 1535 y falleció en 1536 junto a su hija al momento del parto.” Fragmento de “Hijo de Octli”.

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