Para el reposo. Los mesones, ventas y paraderos.

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Para los hidalgos pobres y segundones quedaba tres caminos: “Iglesia, mar o Casa Real”, la segunda opción, el (o la) mar, dio origen a la piratería aceptada o con patente de corso según la visión de los reinos constituidos y en permanente conflicto mercantil y, para otros, lo que a su juicio les justificara en la coyuntura del momento. Y buscaron otros espacios, y lograron otros mercados de manera impositiva y arrancaron riquezas ajenas…

meson Del latín mansio –ōnis ‘posada’, con influencia del francés maison. 1. m. Establecimiento típico, donde se sirven comidas y bebidas. 2. m. Hospedaje público donde por dinero se daba albergue a viajeros, caballerías y carruajes… venta: Tercera acepción: Posada establecida en un camino para hospedaje de los pasajeros… Mesón: es un establecimiento de hostelería de antigua tradición semejante a la posada. Ofrecía comida, bebida y hospedaje. Venta: Casa establecida en los caminos o despoblados para hospedaje de los pasajeros. Paradero: Lugar o sitio donde se para o se va a parar. [1]

“La discrepancia que existió entre un Mesón y una Venta era que el primero correspondía a un lugar que ofrecía hospedaje a los viajeros dentro de las poblaciones y la Venta era generalmente la que se encontraba en los caminos o fuera de las poblaciones…” [2]

“Pedro Hernández Paniagua, primer mesonero de la capital. La licencia fue concedida, y en el mismo documento se afirma que “Pedro Hernández Paniagua fue el primero que hizo mesón en México”, [la recién establecida capital de la Nueva España] pero estas últimas palabras, dice González Obregón, ‘sólo pueden circunscribirse a la ciudad, porque en el país ya había otros mesones, como el de San Juan, en la Villarrica, solicitado antes por Francisco de Aguilar’.” [3] Actualmente la calle lleva por nombre, Mesones. “…hecho que consta en las primeras actas de Cabildo. En el celebrado el día 1º de Diciembre de 1525, y al que asistieron Diego de Ordás, Alcalde Mayor; Leonel de Cervantes, Alcalde Ordinario; Antonio de Carvajal, Gonzalo Mejía y Juan de la Torre, regidores; y ante el escribano público Pedro del Castillo, se presentó Pedro Hernández Paniagua solicitando licencia para establecer un mesón, y ‘los dichos señores dixeron que le hazían
e hizieron merced de le dar licencia que pueda hazer un mesón en sus casas adonde pueda acoger a los [¿no a él] que vinieren a les vender pan e vino e carne e todas las otras cosas necesarias con que guarde e cumpla el arancel que les será dado acerca de los precios que ha de llevar de las dichas cosas que vendiere’.» [4]

Según don Luis González Obregón en su “México Viejo”, el primer mesón abierto con autorización del cabildo mediante acta del 1º de diciembre de 1525, lo cual cancela la operación de establecimientos no regulados ya que la solicitud surge cuando la necesidad ya tiene satisfactores y puntualiza: “Su nombre: Pedro Hernández Paniagua. En los últimos días de 1525 obtuvo del Cabildo una licencia para establecer un mesón en el que pudiese «vender pan e vino e carne e todas las cosas necesarias para acoger a los que vinieran»…

“La ciudad virreinal, como muchas otras, solía expedir ordenanzas que agrupaban a los gremios en calles determinadas. En 1638, por ejemplo, el virrey Lope Díaz [o Díez Aux [5]] de Armendáriz giró instrucciones para que «todos los plateros se congreguen en la Calle de San Francisco [6] y fuera de ellas no pueden tener tiendas so penas».

“De este modo surgieron calles pobladas por cereros, tlapaleros, mecateros, tabaqueros, meleros, carretoneros. Y así fue la de Mesones ―al final de la calle se estableció a mediados del siglo XVI la primera zona de tolerancia de la ciudad, poblada por comercios hermanos de los mesones: los prostíbulos… (“En el séptimo tramo de la vieja calle de Mesones, una placa de talavera recuerda el sitio en donde estuvieron los primeros burdeles que hubo en la metrópoli: «En esta calle se establecieron en el siglo XVI las primeras casas de tolerancia de la ciudad». Aquel tramo de Mesones recibió desde entonces un nombre encantador: Calle de las Gayas. Es decir, donde están las alegres, las ligeras…” [7]

“Solo una semana después de que Pedro Hernández Paniagua solicitara permiso para abrir un mesón, el Cabildo expidió el primer arancel relacionado con el giro les impuso la obligación que ofrecieran buena comida, cuartos con cama y ropa limpia, y que colocaran a la vista del público la tarifa autorizada…” [8]

Queda documentada la secuencia parcial:

―Mesón de Pedro Hernández Paniagua  que fuera el primero autorizado en “la traza” de México. Le concedieron licencia para “hacer mesón en sus casas”, es decir, la planta baja de su propiedad, dedicado generalmente para renta al comercio vario.

―Mesón de San Juan en la Villarrica autorizado a Francisco de Aguilar «para que edificase en despoblado una casa para los caminantes que van y vienen de Medellín y Villarrica», con la obligación de «adobar cierto camino e pasos malos, e puentes que ay desde el dicho sytio hasta Xalapa».

―10 de octubre de 1525. A Francisco Aguilar “… para los caminantes que van y vienen de Medellín ―a 2 leguas del puerto, refiere al lugar de nacimiento de Hernán Cortes― y Villarrica hasta Xalapa, condicionado al arreglo de caminos, malos pasos y puentes entre las poblaciones.” [9]

―Venta de Lencero. Cerca de esta ciudad [Xalapa], un soldado llamado Lencero fundó la venta de su nombre… Acerca de esto dice Bernal Díaz del Castillo: «E paso otro soldado que se decía por sobre nombre Lencero [hoy el Encero cdigital.dgb.uanl.mx Visitado el 4 de marzo del 2019.], cuya fué la venta que agora dice de Lencero, que está entre la Vera-Cruz y la Puebla, que fue buen soldado y sometió fraile Mercenario» (¿por fraile mercedario?)”. [10]

1º. De diciembre de 1925 (¿por 1525?) A Juan Cáceres le otorgan caballerías de tierra cerca de su venta. Ignorase en dónde la tenía.

Viernes 14 de septiembre de 1526. Solicitud de Juan Paredes a nombre de Rodrigo Rangel para abrir mesón en Cholula (tránsito de Medellín a Oaxaca).

Viernes 12 de octubre de 1526. Juan de la Torre solicita nuevamente (sic) permiso para abrir venta en Tajimaroa y un mesón en Cuernavaca. (Confrontar: 26 de julio de 1525. Autorización a Juan de la Torre para abrir una venta en despoblado entre Tajimaroa e Ixtlahuaca, en el camino a Michoacán.)

Don Luis González Obregón [11] menciona uno muy antiguo, la de Perote, fundado por un tal Pedro o Pero Ansures en el espacio de una antigua aldea indígena de nombre Pinahuizapan. Hay referencias de que originalmente el Mesón llevó por nombre el de su santo patrono: San José, desplazado por el sobrenombre que los vecinos y la clientela habitual dieran al propietario el que, por su gran estatura y corpulencia: “Perote” [Pedrote], así, cuando alrededor del Mesón surge lentamente una nueva población, por extensión adquirió tal distintivo”. [12]

Lo anterior permite especular que es en el periodo de 1525 a 1527 cuando surge la necesidad para autorizar y regular ventas y mesones con tarifas y características específicas y puestas a la vista de todos para evitar engaños y pleitos, lo cual da a pensar que ya fincadas las nuevas casas en “la traza”, algunos de esos espacios ofrecían tales servicios a conveniencia de las partes sin supervisión de las autoridades del Cabildo y sin el aporte correspondiente a las arcas reales. Vista la recurrente necesidad, vino la regulación lo cual implica además un interés de las autoridades para allegarse ingresos de este nuevo y floreciente servicio de hospedaje, alimentación en el transito humano agregados al tráfico de mercancías y productos en la nueva situación comercial novohispana.

“Los viejos mesones fueron el lugar de descanso de nuestros abuelos en sus penosos viajes; ahí encontraron siempre techo protector, aunque muchas veces duras camas y mala cena; en esos mesones hacían posta los hoy legendarios arrieros con sus recuas, los dueños de carros, de bombés y guayines, los que conducían las tradicionales conductas de Manila y del interior del país, y los que llevaban las platas de S. M. el Rey.” [13]

Pero ¡ha! el inevitable atasco mental: “No se hagan ilusiones: era el siglo XVI. Las crónicas disponibles los pintan como criaderos de chinches en los que el pan, viejo y duro era capaz de quebrarle a uno los dientes.” [14]

No eran de “cinco estrellas”, eran lugares en los que segundones, los olvidados en la heredad familiar y beneficiados por las armas: “Iglesia, mar o Casa Real” encontraron otro sendero y actividad para allegarse algo de los frutos económicos habidos lejos de casa. Lejos estaban de la sofisticación y compleja estructura de las cadenas hoteleras contemporáneas donde el descanso y alimentación del habitante pasajero son ya una exquisitez competitiva para garantizar el mejor servicio para todas los anhelos, jerarquías, gustos, pretensiones, presupuestos…

Notas importantes:
[1] Según el Diccionario de la Real Academia Española, 2019. rae.es Visitado el 3 de marzo del 2019.
[2] La Industria Hotelera. Capitulo IV. catarina.udlap.mx Visitado el 3 de marzo del 2019.
[3] Javier Medina Loera. javiermedinaloera.com Visitado el 6 de octubre del 2018.
[4] Benjamín Arredondo. De los primeros mesones y ventas que hubo en México.
[5] Marques de Cadereyta. En funciones del 16 de septiembre de 1635 al 28 de agosto de 1640. historiaycultura.com Visitado el 19 de mayo del 2019.
[6] La conocida Calle de Plateros hoy con nombre de Francisco I. Madero.
[7] Héctor de Mauleón. En la calle de las Gayas. eluniversalmas.com con fecha del 10 de enero del 2012. Visitado el 4 de marzo del2019.)
[8] Héctor de Mauleón. Calle de Mesones. cdmx200lugares.com Visitado el 4 de marzo del 2019.
[9] Arrieros de México. Los viejos mesones de la Nueva España. Javiermedinaloera.com Visitado el 4 de marzo del 2019.
[10] Benjamín Arredondo. De los primeros mesones y ventas que hubo en México. Última visita el 4 de mayo del 2019.vámonosalbable.blogspot.com Revisado el 4 de marzo del 2019.
[11] Luis González Obregón. México Viejo (Selección de textos en la estampación de Editorial Offset S. A. de C. V. 1982
[12] Con información en inafed.gob.mx Visitada el 4 de marzo del 2019.
[13] Luis González Obregón. Obra citada, pagina 21.
[14] Héctor de Mauleón. Calle de Mesones. cdmx200lugares.com Visitado el 4 de mayo del 2019.

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