La Tzaráracua

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Al Parque Nacional de Uruapan lo integran dos partes con finalidades diferentes. El Área de Conservación con sus 452 hectáreas de pino son la parte de preservación del sustancial espacio natural michoacano. Cuenta con “89 especies de plantas contenidas en 44 familias”: helechos, orquídeas, ficus; su fauna local la componen: “salamandras, sapos, ranas y culebras cavadoras; tortolitas, búhos, pericos, colibríes, carpinteros, primaveras, golondrinas, jilgueros, gorriones, monjitas; ardillas, tlacuaches, armadillos y murciélagos” 1 En el segundo de ellos, el Parque Nacional Barranca del Cupatitzio (“Rio que canta”) ― con 19 hectáreas aprovechables para satisfacer la curiosidad y acercamiento de visitantes a la naturaleza y atractivos culturales de la localidad― está el manantial reconocido con el nombre de “La rodilla del diablo”. Decían los antiguos, y hoy los guías de turistas, que un mal día del año de 1533, poco después de fundada la ciudad, del lugar dejó de brotar el agua, morían las plantas, los árboles, los frutos, los animales y la esperanza de las personas que migraron a otras partes en busca de mejores condiciones. Así transcurrieron los días sobre las penalidades de los habitantes de la antigua San Francisco Uruapan 2 . Ante ello acudieron en busca de fray Juan de San Miguel para solicitar su intercesión. El fraile ofició una misa e hicieron una procesión con la imagen de la Virgen en la cual participaron los barrios de San Miguel, San Juan Bautista, San Juan Evangelista, La Santísima Trinidad, Los Tres Reyes, Santo Santiago (sic), La Magdalena, San Pedro y San Francisco. Llegados al espacio del manantial extinto, después de rezos y plegarias infructuosas, fray Juan entró a una pequeña cueva, asperjó por tres veces con agua bendita aquellas piedras calientes de las que inmediatamente brotó un fuerte olor a azufre y con horrísono lamento acompañado de un fuerte temblor de tierra, del fondo de la oquedad salió el diablo que taponaba con su cuerpo el flujo. El ser maléfico, al ver a la imagen de la Virgen y al fraile franciscano, aterrorizado tropezó y en su caída impactó una roca en la cual aún permanece la huella de su rodilla. Tan pronto el diablo huyera hacia el monte, surgieron nuevamente las aguas que dan vida y belleza a Uruapan y al entorno por donde su corriente pasa.

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A poco más de 10 kilómetros al sur de la ciudad de Uruapan, por la carretera federal 37, Uruapan, Michoacán-México, en el Parque Nacional Barranca del  Cupatitzio, están las esplendorosas cascadas de 40 metros de caída rodeadas de bosques de pino, encinos y mesófilo de montaña donde los múltiples colores de las flores rompen la profusa gama del verde. Un sendero en declive con sus 3 kilómetros, ahí, una escalera con 579 escalones, lleva a los miradores, un rústico y bello puente de piedra guía al caminante al tercero de ellos con el estrépito del agua como dueña del espacio y una vista con mayor caudal de julio a octubre, periodo de la temporada de lluvias en la localidad.

En la forma convencional Tzaráracua (tsarharakua ―tsaɹarakua― en el aporte de Maxwelll Lathrop 3) remite en español a: cedazo o criba, esto por la serie de hilos de agua que caen de la pared rocosa beneficiada por el Rio Cupatitzio, afluente del rio Tepalcatepec 4 en la región hidrológica del rio Balsas. La cascada en sí queda compuesta por tres bellas expresiones de la naturaleza. A la izquierda y derecha, dos velos de agua, que brotan de la amplia pared de rocas flanquean la caída de una gran corriente de agua central que golpea sobre una gran peña volcánica horadada para crear una joroba, un salto que provee de humedad y sonido al entorno y en el ánimo.

Hay lugares en los que la fotografía, la película, el video y la narración resultan insuficientes para capturar la belleza y peculiar recogimiento ante la expresión sonora y visual de la naturaleza. De La Tzaráracua hay incontables imágenes para llevar a casa una mínima parte de su encanto, la totalidad de su magia es una sensación sólo vivida ahí.

aNotasb

1.- Información tomada de: Parque Nacional de Uruapan, Michoacán. michoacan.network Visitado el 14 de marzo del 2018.
2.- Urhuapani, su nombre original: “Lugar en donde todo florece”. Otras traducciones indican la idea matizada: “Lugar que siempre florece”, “Lugar en donde los arboles reverdecen”, “Lugar en donde los arboles tienen frutos”. “Lugar de la floración de los botones” y uno más que alude al innecesario trasplante cultural: “Lugar de la eterna juventud”.
3.- Maxwelll Lathrop, pagina 15, segunda edición electrónica. Instituto Lingüístico de Verano, A. C. en el año del 2007; Anteriormente publicado por Editorial Literatura Tarasca, bajo el nombre Vocabulario del idioma tarasco, 1973. Cherán, Michoacán, México.
4.- ¿Cerro de las vasijas de barro?

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