Desde más allá de las nubes el teporingo
protege a la arboleda, a las mazorcas,
al pastizal y al jaral;
visita la casa de los abuelos,
sombra juguetona en las montañas y en la nieve,
en el potrero y el corral.
El zacatuche guía los vientos y las lluvias,
a los ríos y lagunas, al rocío en la flor silvestre,
al ojo de agua y al canto suave en el carrizal,
al vuelo de las mariposas
y del tzentzontle en tu ventana.
El tepolito protege a los niños por nacer,
a los animales en el establo y el ramal,
platica con los gusanos, las hormigas, caracoles
y con el raudo caballito de los sueños.
¡Sueña feliz!
Desde más allá de las nubes el teporingo
danza, canta y acaricia suavemente tu mañana.
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