“Acuérdate hombre que ceniza eres y en ceniza te convertirás” es la enseñanza católica milenaria que marca el inicio de la Cuaresma, periodo de 40 días que culmina con la Semana Santa.
Por ello, fue común ver en la ciudad a miles de católicos con la cruz de ceniza en la frente, reminiscencia de una práctica para indicaba que durante estos 40 días el mundo entero entraba en reflexión y evitaba por todos los medios la disipación y diversión.
Al miércoles de ceniza antecede el Carnaval, fiesta que, durante tres días, permite a la gente divertirse hasta el exceso.
Actualmente, los carnavales se celebran en diversas ciudades del mundo occidental; no así la Cuaresma, cuyo final es la llamada también Semana Mayor que recuerda el sacrificio de Jesús, su crucifixión y muerte, pero que la población identifica más bien como días de asueto para salir a vacacionar, de preferencia a la playa o sitios con alberca para mitigar los calores que se hacen presentes.
Otro distintivo de esta temporada es el consumo de productos del mar. Es la Vigilia, tiempo durante el cual las carnes rojas las prohibía la Iglesia Católica, como símbolo de castigo al cuerpo, debido a que los productos cárnicos inducían a la lujuria, uno de los siete pecados capitales de la pastoral vaticana.
De hecho, es la temporada de mayor consumo de esos productos que, consecuentemente, aumentan de precio, a causa de la ley de la oferta y la demanda, en este mundo caracterizado por la economía y la ganancia económica fácil.
Las autoridades agropecuarias del país informaron que para este año, por primera vez, se rebasará la comercialización de 300 mil toneladas de pescados y mariscos de producción nacional durante la Cuaresma y Semana Santa.
La Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca) puntualizó que del miércoles 10 de febrero al domingo 27 de marzo se comercializarán alrededor de 300 mil toneladas de productos, 10 por ciento más que en 2015.
Conapesca invitó a la población a incluir en su dieta semanal pescados y mariscos nacionales, que son frescos, de alto valor proteínico y que, en su mayoría, se pueden adquirir a precios accesibles.
Dentro de este grupo de especies, las más accesibles para la población por su precio son: atún, merlusa, jurel, curvina, sardina, calamar, trucha, tilapia, robalo, lisa y sierra, además de mariscos, cuyos precios van desde los 15 a 45 pesos por kilogramo, especificó Conapesca.
Recordó que en el pescado se encuentran todos los nutrientes que están incluidos en el crecimiento y desarrollo de los niños y jóvenes, ya que contiene proteínas de alta calidad, ácidos grasos Omega-3, minerales como el calcio, hierro, yodo, zinc y fósforo, así como vitaminas A, D y E, y las del grupo B.
