La primera vez que probé las fajitas fue en las instalaciones de la Minera Carbonífera Río Escondido (Micare), una carboeléctrica de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), ubicada en las afueras de Piedras Negras, Coahuila.
Los ingenieros de Micare se lucieron esa tarde para ofrecernos el delicioso platillo de Fajitas de cabrito al horno, una exquisitez de comida que, junto con el cabrito al horno estilo Monterrey, y los taquitos al pastor, conforman la riqueza de los platillos elaborados a base del cabrito y que se complementa con Las Glorias de Linares, típico dulce elaborado con leche de cabra.
Este menú incluye cervezas para mitigar los fuertes calores de la región, amenizado todo con la música norteña con la redova, el acordeón y el Bajo Sexto que incansablemente tocan Chulas Fronteras, Rosita Alvírez o Agustín Jaime, interpretada por El Piporro o cualquier otro grupo norteño de moda.
Las fajitas se preparaban con la carne que compone las ingles de los cabritos, cortadas en rebanadas y cocidas al vapor, en horno.
Esta platillo tardó unos 25 años en llegar a los restaurantes y carnicerías de la Ciudad de México, aunque elaborado más bien con carne de pollo o de res, básicamente.
Se popularizó rápidamente a grado tal que la cuñada de un compañero de trabajo lo modificó radicalmente y en fiestas familiares ofrecía “fajitas de nopal”, lo que era una irreverencia al delicado platillo norteño original.
Bien. Pues ahora las autoridades agropecuarias (Sagarpa) fomentarán el desarrollo de la caprinocultura en comunidades yaquis de Sonora, dijo el coordinador general de Ganadería, Francisco Gurría Treviño, al inaugurar la Expo Ganadera Obregón 2016.
Comunidades yaquis dedicadas a esa actividad acudieron, por primera vez, a la Expo citada con una muestra de 70 cabras de registro, como parte de las acciones que realiza la Sagarpa para fomentar el desarrollo de estos grupos sociales.
Gurría Treviño aseveró que la práctica de esta actividad ha contribuido a mejorar las condiciones de vida de estas comunidades, ya que además de alimento, los productores han podido obtener ingresos económicos con la venta de carne, quesos, dulces y artesanías que elaboran a partir de las cabras.