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Washington, D. C., 14 de mayo de 2022.- Ya sea bajando por una montaña a una velocidad vertiginosa, pasando una pelota o aterrizando tras un giro complicado, los estadounidenses de origen asiático están destacando en los deportes.

“Los estadounidenses de origen asiático participan en los deportes en general, desde los deportes convencionales, baloncesto, fútbol americano y béisbol, hasta una variedad de otros, tanto de equipo como individuales”, dice Stan Thangaraj, profesor asociado de antropología, género y estudios internacionales en el colegio universitario City College de Nueva York. Estos atletas están encontrando nuevos puntos de entrada al deporte, dice, a veces, a través de su admiración por mentores superestrellas que comparten antecedentes similares.

Entre esos modelos de conducta están los recientes deportistas olímpicos asiáticos. En los Juegos de Invierno de 2022 la competidora estadounidense de tabla de nieve Chloe Kim (cuyos padres nacieron en Corea del Sur) ganó su segunda medalla de oro en el medio tubo con sólo 21 años, y el patinador artístico Nathan Chen (cuyos padres emigraron de China) se hizo con el oro.

En los Juegos Olímpicos de verano de 2020, que fueron retrasados, cuando la gimnasta estadounidense Simone Biles no pudo competir, Sunisa Lee (cuya madre y padrastro son de ascendencia hmong y emigraron a Estados Unidos desde Laos) asumió un papel protagonista y ganó el título de gimnasia general y la jugadora de voleibol Justine Wong-Orantes (que tiene ascendencia china por parte de su madre) ayudó a su equipo a ganar una medalla de oro.

“La gente supone que acabamos de abrirnos paso”, dice Constancio Arnaldo, profesor adjunto de estudios interdisciplinarios, de género y étnicos en la Universidad de Nevada en Las Vegas, y es estadounidense de segunda generación de origen filipino. Pero la participación de los estadounidenses de origen asiático en los deportes se remonta a la época colonial, dice. En Filipinas, por ejemplo, los estadounidenses construyeron gimnasios del grupo “Ymca” y fomentaron el deporte. No es casualidad que la liga de baloncesto filipina sea la segunda más antigua del mundo, después de la NBA, señala.

Arnaldo, a quien le encantaba practicar deportes de equipo cuando era niño, dice que los competidores estadounidenses de origen asiático obtienen satisfacción y una sensación de pertenencia, ya sea a un equipo, a una comunidad o, en el caso de los Juegos Olímpicos, a un país. “El deporte ha sido una manera de formar parte del tejido nacional estadounidense”, afirma.

Con más estadounidenses de origen asiático compitiendo al más alto nivel, hay más adultos que pueden guiar a la próxima generación de estrellas del deporte, más ligas para apoyarlos e, incluso, más oportunidades de establecer contactos para los que tienen carreras deportivas profesionales, dice Thangaraj. Kim, los patinadores Michelle Kwan y Apolo Anton Ohno, y el jugador de baloncesto Jeremy Lin han llegado a los jóvenes de todo el mundo a través de los programas del Departamento de Estado que promueven la participación deportiva.

Los estadounidenses de origen asiático han tenido que enfrentarse a muchos estereotipos, como que son sesudos, “minorías modelo” que no están dotados físicamente, o que las mujeres de origen asiático son delicadas y extremadamente femeninas y los hombres poco masculinos, señala Arnaldo.

Pero tanto los pioneros como los olímpicos más recientes han trabajado para romper esos estereotipos y ayudar a los demás a ver a los estadounidenses de origen asiático como individuos más complejos y llenos de matices, dice Arnaldo. El jugador de baloncesto Jeremy Lin, cuyos padres emigraron a Estados Unidos desde Taiwán y que llevó a los “Nueva York Knicks” de la NBA a una inesperada racha de victorias en 2012, declaró al diario The New York Times que su atletismo en sí mismo es su reacción al estereotipo de que los estadounidenses de origen asiático son callados o pasivos: “Para mí, jugar al baloncesto al más alto nivel va a hacer más de lo que las palabras pueden decir”.

Las estrellas deportivas de hoy siguen a muchos pioneros estadounidenses de origen asiático anteriores:

• La saltadora Victoria Manalo Draves, de padre filipino, se convirtió en la primera campeona olímpica estadounidense de origen asiático al ganar medallas de oro en saltos de trampolín y plataforma fija en 1948. Otro saltador, Sammy Lee, de antecedentes surcoreanos, también ganó el oro en salto desde plataforma fija en la misma olimpíada.
• Kristi Yamaguchi, cuyos abuelos por ambas partes eran japoneses, dominó el deporte del patinaje artístico como parte de un grupo de estrellas estadounidenses de origen asiático. Ganó el oro olímpico en 1992.
• La patinadora artística Michelle Kwan, cuyos padres son inmigrantes chinos de Hong Kong, ha sido campeona del mundo cinco veces y medallista olímpica dos veces, de plata en 1998 y de bronce en 2002.
• Apolo Anton Ohno, criado en Seattle por su padre nacido en Japón, obtuvo ocho medallas olímpicas en carreras de patinaje de 2002 a 2010.
• Tiger Woods, cuya madre tiene antecedentes tailandeses y chinos y cuyo padre es en parte chino, es, sin duda, uno de los mejores jugadores de golf de todos los tiempos.
• Hines Ward, cuya madre es originalmente de Corea del Sur, jugó para el equipo de fútbol americano “Pittsburgh Steelers”, durante 14 temporadas.
• Jeremy Lin inició la “Linsanity” (“Linmanía”, un juego de palabras en inglés con su apellido y la palabra “insanity” [locura]) en 2012 cuando ayudó a sacar de una racha perdedora al equipo de baloncesto de los “New York Knicks” y los llevó a una racha ganadora de siete partidos.

Lin declaró recientemente a la cadena de televisión NBC que “la sociedad siempre ha intentado decir que los asiáticos no pueden hacer esto. Los asiáticos no pueden hacer aquello. Se oye hablar del ‘techo de bambú’”.

“Lo que significó ese momento fue poder competir en la misma cancha, en el mismo escenario. Y luego vencer, superar y ganar. Creo que eso es de lo que me siento realmente orgulloso”, dijo.

Lin fue una figura fundamental, tanto para inspirar a los atletas como para cambiar la forma en que se ve a los estadounidenses de origen asiático, dice Thangaraj, autor de un libro sobre jugadores de baloncesto estadounidenses de origen asiático. (Thangaraj creció alternando entre la India, donde jugaba al críquet, y Estados Unidos, donde jugaba al baloncesto y al béisbol).

“Era algo a lo que todos nos aferrábamos”, dice sobre la “Linsanity” (“Linmanía”). “La genialidad no se había asociado a los estadounidenses de origen asiático. Fue hermoso”.

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