En un país que se enorgullece de su historia y tradiciones reales, la boda de la actriz estadounidense Meghan Markle con el príncipe Harry de Inglaterra promete algo claramente nuevo: varios toques estadounidenses.
Serán inconfundibles tanto durante las nupcias del 19 de mayo en la Capilla de San Jorge en el Castillo de Windsor como en el brillante banquete posterior para 600 invitados.
El obispo Michael Curry, el primer obispo afroestadounidense que preside la Iglesia Episcopal (parte de la comunión mundial de iglesias anglicanas), pronunciará unas palabras en la boda. En medio de la música clásica y sagrada, un coro evangélico inglés de gospel presentará su actuación.
La música gospel es una fusión de espirituales e himnos afroestadounidenses que tiene sus raíces en la esclavitud. La madre de Markle es descendiente de esclavos. El padre de Markle es blanco.
Markle y su príncipe tendrán un pastel de bodas decididamente moderno.
Rechazando la tradicional tarta de frutas inglesa, la pareja ha encargado una tarta orgánica de limón y saúco con glaseado de crema de mantequilla, decorada con flores de primavera y creada por la chef de pastelería londinense Claire Ptak, nacida en California.
Un indicio de los gustos transatlánticos de la pareja llegó temprano: Las invitaciones de boda reales están impresas en cartulina inglesa con tinta estadounidense.
Markle, de 36 años, fue bautizada recientemente en la Iglesia de Inglaterra y ha solicitado la ciudadanía británica. Si opta por conservar su nacionalidad estadounidense también, cualquier hijo futuro también podría reclamar la doble ciudadanía, lo que sería una primicia para la familia real británica.
Dejando a un lado la ciudadanía, Markle ya tiene antecedentes internacionales. Se graduó en 2003 de la Universidad Northwestern en Evanston (Illinois), después de una doble especialización en teatro y estudios internacionales. Estudió en Madrid durante un semestre y realizó una pasantía en la embajada de Estados Unidos en Buenos Aires. Su carrera en televisión y cine la llevó por todo el mundo.
¿Princesa, duquesa o ambas?
Mientras Markle se prepara para asumir responsabilidades reales a tiempo completo, hay mucha especulación sobre el título que llevará.
Guiada por la tradición, es casi seguro que la monarca británica otorgará un ducado real a su nieto recién casado. Los observadores reales esperan que Harry, de 33 años de edad, sea nombrado Duque de Sussex, por lo que Markle, además de convertirse en princesa, probablemente también se convertirá en Duquesa de Sussex, y por razones de protocolo, ese es el título que probablemente utilizará.
Una cosa es segura: Cuando salgan de la capilla de San Jorge, el príncipe Harry y su novia encarnarán la modernización de la familia real británica. El matrimonio de una actriz estadounidense divorciada con un príncipe británico es algo muy inusual, pero en el siglo XXI se ha convertido en una historia de amor que la gente de todo el mundo puede celebrar.
