Analizan en Inmegen genoma de bacterias

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Trillones de bacterias habitan en el organismo de una persona, desde el cabello, la piel y fosas nasales hasta el intestino, incluso, hay más células bacterianas que humanas, lo que revela que el cuerpo las necesita, pero no se sabe exactamente qué hacen cada una de las más de 500 especies, las cuales realizan una actividad metabólica distinta, explicó Sofía Morán Ramos, del Instituto Nacional de Medicina Genómica (Inmegen).

Es por ello que científicos del Inmegen analizan el genoma de las bacterias en el organismo para descubrir qué bacterias habitan en el intestino y qué funciones realizan. “Se ha planteado que la microbiota (conjunto de microorganismos) es nuestro ‘órgano perdido’ ya que pesa más que nuestro cerebro y corazón, dos estructuras vitales. Su principal función es ayudarnos a digerir los alimentos que comemos, no obstante, se ha planteado que también tiene que ver con nuestra salud intestinal, porque ayudan a regular el peso corporal y el metabolismo, pero también pueden definir nuestro estado de ánimo pues se ha visto que se relacionan con los procesos depresivos”, detalló en entrevista para el Foro Consultivo Científico y Tecnológico.

A través de técnicas de secuenciación masiva del genoma humano, los científicos realizan estudios de casi 100 muestras fecales al día. “A través de una muestra de materia fecal extraemos el ácido desoxirribonucleico (ADN) de las bacterias. Después, mediante secuenciación masiva podemos leer todas las cadenas genómicas para saber qué microorganismo están ahí, pues hay partes en el ADN que son como una huella digital y eso nos permite conocer al microorganismo. Este avance ha permitido que podamos conocer toda la composición de la microbiota intestinal en tan solo dos días. Las tecnologías genómicas han ayudado a construir el conocimiento que hay en relación a la microbiota intestinal y eso es lo que buscamos con esta investigación”, destacó la epecialista en ciencias médicas.

Estas bacterias se localizan naturalmente en distintas partes del cuerpo y han establecido una especie de fusión entre el metabolismo del individuo y el suyo. “Lo que hemos llegado a comprender es que existe una serie de interacciones complejas entre las bacterias, así, organismos patógenos como helicobacter pylori no llega a causar tanto daño, pero depende de las interacciones”, comentó Morán.

De manera general, explicó, se ha visto que mientras tengamos una microbiota rica, es decir, más especies diferentes de bacterias, de alguna forma somos más saludables, aunque aún no se sabe el por qué. También se conoce que se necesita una microbiota estable para resistir más a los factores externos.

La científica aclaró que no todas las bacterias son malas, ya que se necesitan algunas comunidades de estos organismos para sobrevivir. “Su composición va cambiando a lo largo de nuestra vida por lo que comemos o la geografía, y se ha observado que los bebés normalmente tienen una microbiota inestable, sin embargo, aquellos que constantemente tienen infecciones y son tratados con algún antibiótico desarrollan a la larga problemas de alergias porque se impide la maduración de los microorganismos intestinales”.

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