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Dos países de un grupo de naciones acuerdan venderse productos mutuamente sin cobrarse aranceles. Los fabricantes obtienen acceso a más mercados y los consumidores pagan menos. Satisfactorio para todos, ¿cierto?

En su mayor parte sí, dice Eliza Patterson, una autoridad en el campo del comercio internacional. Sin embargo, como con el clima, puede haber variaciones entre países y regiones y en las industrias.

Esas diferencias pueden proporcionar argumentos a los críticos de la globalización. “Hay una ignorancia increíble respecto a los beneficios y costos del libre comercio y lo que ello hace y lo que no. Desafortunadamente, los que se oponen suelen ser más firmes que los que lo apoyan, y esto lo hace más difícil para los políticos”, comenta Patterson, que enseña en el centro Sciences Po en París así como en universidades estadounidenses.

Los países, ¿ganan o pierden empleos?
Ambos, dice Patterson. “Sí, el comercio hace que algunas personas pierdan sus empleos, los puestos de trabajo se desplazan, pero el argumento contra esto es que otros empleos mejor pagados son creados”.

“Si Estados Unidos abre su mercado a países africanos, sus empresas … pueden exportar a un mercado nuevo y muy grande. Esto crea empleos, lo cual es bueno para ellos; a cambio, tienen que importar productos nuestros y esto crea empleos en nuestro país”.

“Hacemos los productos que sabemos hacer mejor y se los vendemos, y ellos hacen los productos que hacen mejor y nos los venden a nosotros”, agregó Patterson.

¿Qué es la Organización Mundial del Comercio?
La Organización Mundial del Comercio establece reglas mundiales y resuelve disputas. Sus 164 economías miembros exportaron 18 millones de millones de dólares en 2014. Dos tercios son países en desarrollo. Existen más de 500 acuerdos de libre comercio en el mundo. Estados Unidos tiene acuerdos de libre comercio con 14 países.

¿Quién hace cada cosa?
Reducir las barreras tiene sentido, según Patterson, porque con las cadenas de suministro mundiales “la mayor parte de los productos no tienen su origen en un solo país”.

“Los productos agrícolas son probablemente los únicos en la actualidad que vienen de un solo país”, comentó. En el caso de la ropa, “es frecuente que las fibras vengan de un lugar, se envíen a otra parte en donde se fabrica la tela, y luego a otro tercer lugar en el que se confecciona la pieza de ropa”.

Cuando un país pierde la ventaja del precio
Patterson indica que los países avanzan en la cadena de suministros a medida que sus industrias y capacidades se desarrollan: “Miren el caso de Corea del Sur, que era uno de los mayores productores textiles, ahora fabrican computadoras y automóviles y muchos productos avanzados. Se evoluciona al intercambiar productos y servicios”.

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