Los mismos problemas no se pueden enfrentar con las mismas soluciones políticas del pasado. El fracaso del modelo económico mexicano ha permanecido -por lo menos en las últimas dos décadas-, debido a un estancamiento estabilizador, dijo Francisco Suárez Dávila, exembajador de México en Canadá.

“El estancamiento estabilizador mexicano se caracteriza por tener un crecimiento mediocre de 2 por ciento anual, la estabilidad macroeconómica fundamental hace agua por todos lados, la deuda aumenta no porque no hagamos nada, sino porque se cayó el producto, para reducir el déficit se acude a medidas (como las europeas fallidas) de austeridad del gasto, la fuente más dinámica de ingresos son los Impuestos Especiales sobre Producción y Servicios (Ieps).

“El famoso gasolinazo fue un severo error político, 3 por ciento más de la tasa de interés se va directo a incrementar el gasto público en deuda, hemos caído en un círculo vicioso en que la inversión se recorta año con año. Tenemos uno de los niveles históricos más bajos de inversión en infraestructura que proporcionalmente es la más baja de cualquier país de América Latina incluido Haití”, explicó el maestro en economía por la Universidad de Cambridge, Inglaterra.

Agregó que el periodo más exitoso de la historia económica de México va de 1933 a 1973, en el que se creció al 6 por ciento anual, a la par de un modelo desarrollista. En síntesis, nuestro país tiene dos periodos de desarrollo económico, casualmente, cada uno de 40 años.

“El ya mencionado (1933 a 1973), y el fracasado o fallido que va a partir del 74 con 4 crisis: 1976, 1982, 1994, 2008 y, finalmente, la de los últimos años con un 2 por ciento de crecimiento promedio”, lamentó.

Suárez Dávila, representante de México ante la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), propuso 10 puntos como una opción para resolver dicha problemática nacional.

1.- El objetivo de México debe ser crecer un 4 por ciento y hasta un 6 por ciento anual. Privilegiar el crecimiento como una gran motivación nacional, con un consenso y un pacto social de Estado, empresa y sociedad, en torno a una visión estratégica con un crecimiento acelerado.

2.- Para lograr lo anterior, el instrumento clave es el aumento significativo de la inversión pública con fuerte inversión en infraestructura, que hasta el Fondo Monetario Internacional (FMI) reconoce que tiene un gran efecto multiplicador.

3.- Una política industrial moderna que fomente el mercado interno. Sin esta política, México continuará siendo una gigantesca maquiladora, o en forma análoga a lo que ocurrió en la época del Porfiriato, una economía de enclave, con elevados contenidos importados en todo el proceso productivo.

4.- La política industrial debe sustentarse en un sistema educativo moderno que permita acceder a la sociedad del conocimiento. Más allá de elevar la calidad de la educación básica que va a requerir enormes recursos, debe concentrarse un esfuerzo prioritario en la educación técnica para capacitar futuros trabajadores en profesiones modernas, científicos e ingenieros como lo ha hecho India.

5.- La nueva política económica comercial, (…) requiere que el Tratado de Libre Comercio (TLC) se renegocie, pero en forma acotada para no abrir una enorme caja de pandora y más bien actualizarlo con acuerdos complementarios.

6.- Cambios drásticos en la política monetaria y crediticia; el Banco de México debe abandonar el monoteísmo de la estabilidad, retomar el objetivo dual de la política monetaria para estimular crecimiento y empleo como lo hizo en los momentos estelares de su historia, que lo hacía un banco central heterodoxo que creció con estabilidad. Así que la Banca de “subdesarrollo” vuelva a ser la banca del Desarrollo.

7.- La fiscal, llamada la madre de todas las reformas, que racionalice el gasto corriente administrativo, lo cual sólo se logrará si se cancelan programas clientelares sin resultados y que los grupos de interés dejen de influir en la política.

8.- El menú tributario debe incluir una progresividad mayor en impuestos sobre la renta a personas físicas y reducirse el impuesto sobre la renta a las personas morales.

9.- Crear una política de seguridad social integral, particularmente con cobertura universal de salud y pensiones, que avance hacia la convergencia de los sistemas del Instituto Mexicano del Seguro Social (Imss) y del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste), que integre y desaparezca el paliativo que ha sido el seguro popular, ahora con frecuencia una caja chica de algunos gobernadores.

10.- El combate a la pobreza debe ser resultado de las políticas generales enumeradas: Política de empleo, educación, industrial y comercial, entre otras.

La conferencia de Suárez Dávila forma parte del seminario “Desarrollo sostenible de México”, organizado por el Centro Tepoztlán Víctor L. Urquidi A.C, El Colegio de México y el Foro Consultivo Científico y Tecnológico (Fccyt).

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