En el Sistema Solar, además del planeta Tierra, el agua en forma de hielo es observable en otros cuerpos, “se puede ver en los núcleos, en las atmósferas de los cometas, en las superficies de los asteroides y en las superficies de muchas lunas. Por ejemplo, las de Júpiter y Saturno las vemos claramente cubiertas de hielo (…) Pero si se piensa en la vida humana, el hielo no es suficiente, se necesita agua líquida”, aclaró el geofísico Alberto Flandes Mendoza, durante la conferencia Regreso a Europa que impartió en la Casita de las Ciencias de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam).

El investigador explicó que para que el agua pueda encontrarse tanto en estado líquido, como en sólido y gaseoso se debe cumplir una serie de condiciones. “Primero que exista una temperatura adecuada dentro del planeta, de unos 15 grados centígrados y para logra lo anterior se necesita de una atmósfera lo suficientemente densa para producir una presión que permita que el agua se mantenga como líquida, lo que se le llama el punto triple; es decir, que el agua esté en los tres estados”.

Además del agua, la vida requiere una fuente de energía. En la Tierra, la vida está basada en el carbono que es un átomo muy versátil con el que se pueden formar una gran variedad de enlaces y de moléculas complejas.

“No obstante que aún no se encuentran particularidades fuera de la Tierra para pensar que se pueda desarrollar vida humana al exterior de nuestro planeta, la existencia de agua líquida nos motiva a creer que podría haber vida en otras regiones del Sistema Solar. Aparte de las regiones habitables en otras estrellas, los océanos salados, como los de los Satélites Galileanos, amplían el espectro de potencial de vida en otras regiones del Universo, porque estos podrían ser algo común en las lunas alrededor de los planetas de otras estrellas”.

Europa y su potencial para la vida
Una de las cosas que más sorprende a los científicos del mundo acerca de la luna de Júpiter, llamada Europa, son las marcas rojas -grietas de hielo- que tiene alrededor y aunque el agua es un prerrequisito vital para la existencia de vida, es posible que Europa tenga una fuente de energía química para sostener vida microbiana.

Aunque puedan emocionar a los investigadores las condiciones de un lugar como Europa, no se debe olvidar que para la vida humana un requisito indispensable es que debe ser protegida de la radiación de alta energía (ultravioleta o rayos X) y de las partículas enérgicas del espacio exterior como el viento solar que degradan las moléculas complejas. En la Tierra, su campo magnético nos protege de la mayoría de los efectos dañinos del viento solar y la atmósfera nos protege de la mayor parte de la radiación enérgica, indicó Flandes Mendoza.

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