Al tiempo que las conversaciones formales para renegociar el Tlcan comienzan en Washington, DC, esta semana, organizaciones de campesinos y pequeños agricultores de Canadá, Estados Unidos y México denuncian la dirección que éstas están tomando. A pesar de las reiteradas demandas de las organizaciones de la sociedad civil en los tres países, los gobiernos se han negado a abrir las conversaciones al público o a publicar los textos de negociación propuestos. Todos los indicios apuntan a que las negociaciones están diseñadas para incrementar las exportaciones de los agro-negocios y el control corporativo sobre el sistema alimentario, en lugar de apoyar sistemas agrícolas y de comercio justos y sustentables.

El gobierno de Trump ha declarado su clara intención de continuar su tendencia de anteponer los estrechos intereses de las corporaciones multinacionales utilizando el mismo modelo fracasado del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP). Al revisar algunas de los contenidos propuestos para las conversaciones advertimos que se incluyen propuestas para desmantelar el exitoso programa de gestión de la oferta de productos lácteos de Canadá y eliminar las restricciones al comercio de Organismos Genéticamente Modificados (OGM) y otras biotecnologías agrícolas.

«Bajo el Tlcan y su precursor, el TLC Canadá-Estados Unidos, los costos de los insumos agrícolas han aumentado y los precios de los productos básicos ajustados a la inflación han bajado, pero la participación del agricultor en cada dólar en el supermercado es menor. Exportamos más, pero las importaciones han aumentado más rápido, lo que significa que nuestra participación en nuestro propio mercado interno se está reduciendo”, dijo Jan Slomp, presidente de la Unión Nacional de Agricultores de Canadá. «El Tlcan y el TLC no han ayudado a los agricultores. Desde 1988 hemos visto desaparecer una de cada cinco de nuestras granjas y hemos perdido más del 70% de nuestros jóvenes agricultores, a pesar de que la población de Canadá ha aumentado »

«Estados Unidos no puede resolver su crisis de lácteos asumiendo el control del mercado lácteo canadiense y sacando a nuestros agricultores de sus negocios», dijo Slomp. «Necesitamos que Canadá se mantenga firme frente a cualquier tentación de ceder la gestión de nuestra oferta. Nuestro sistema garantiza a los agricultores el pago de los costos de producción, las plantas de producción son capaces de funcionar a plena capacidad y los consumidores tienen un suministro confiable, saludable y asequible de productos lácteos, de aves de corral y de huevo -todo ello sin ningún subsidio del gobierno”.

Jim Goodman, un granjero lechero de Wisconsin y miembro de la Coalición Nacional de Granjas Familiares, estuvo de acuerdo. «Los gobiernos federales y estatales y las universidades públicas, a instancias de la industria láctea, hicieron todo lo posible para alentar a los productores de leche de Estados Unidos a producir más leche, sin cuestionar el cuándo esta leche podría ser demasiada o cómo los precios más bajos podrían afectar a los agricultores. No podemos esperar que Canadá salve a los productores de lácteos estadounidenses, a expensas de sus propios productores. Los agricultores -ya sean estadounidenses o canadienses-, no son nada más que partes de la maquinaria de la industria y del Tlcan. Esa es la manera en que funciona el libre comercio».

Ben Burkett, presidente de la Coalición Nacional de Granjas Familiares (National Family Farmers Coalition) y granjero de Mississippi, hizo notar que el simple aumento de las exportaciones no sustituirá la necesidad de precios justos. «Los agricultores y rancheros de los Estados Unidos han exigido que la administración restaure el etiquetado de país de origen (Cool) para la carne, lo cual proporcionaría información más precisa a los consumidores y, al mismo tiempo, mejoraría nuestro acceso a los mercados «.

Pequeños agricultores mexicanos, devastados por las disposiciones existentes del Tlcan que inundaron sus mercados con granos baratos, se unieron hoy a miles de activistas laborales, ambientales y de otro tipo en la Ciudad de México para denunciar las negociaciones y exigir un enfoque completamente diferente basado en la complementariedad y la cooperación. En cuanto a la agricultura, insistieron en que «México debe garantizar la soberanía y seguridad alimentaria y excluir los granos básicos, especialmente el maíz. Los cultivos transgénicos deben excluirse y la capacidad de los Estados para promover la agricultura sostenible debe permanecer intacta. Asimismo, México debe mantener su adhesión a la Upov (Unión Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales) de 1978 y rechazar el compromiso de adherirse a la Ley Upov de 1991, tal como estaba previsto en el TPP «.

Víctor Suárez, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras del Campo en México (Anec) agregó que «todo este proceso debería comenzar con una evaluación completa e independiente de los impactos económicos, sociales, ambientales y de gobernabilidad del Tlcan. El objetivo debe ser restablecer la soberanía nacional de alimentos y agricultura, y apoyar a las comunidades agrícolas locales «.

«Durante muchos años, la Coalición Rural ha abogado por un Tlcan de y para la gente, que vincule a las comunidades rurales en los tres países para colaborar para la mejora de sus economías locales y de la soberanía alimentaria. Una renegociación del Tlcan que ayude a las corporaciones transnacionales mientras que reduzca la autodeterminación de las comunidades sólo acelerará el colapso económico rural –lo cual es exactamente el camino equivocado», dijo John Zippert, presidente de la Coalición Rural y miembro desde hace mucho tiempo del personal de la Federación de Cooperativas del Sur en Alabama.

«El Tlcan ha atado a nuestras economías de manera que lastima a los agricultores familiares y al medio ambiente, dijo Karen Hansen-Kuhn, directora de Estrategias Internacionales del Instituto de Agricultura y Política Comercial (Iatp). «Necesitamos un nuevo enfoque para el comercio que promueva los alimentos locales y regionales y sistemas que incluyan la provisión de mecanismos en los tres países para proteger a los cultivos de la volatilidad de los mercados y del dumping. Los llamamientos simplistas para expandir las exportaciones no nos llevarán al sistema de alimentación y agricultura justo y sustentable que necesitamos”.

Como una herramienta continua para entender el Tlcan, el Iatp ha publicado el documento «Renegociación del Tlcan: ¿Qué está en juego para la alimentación, los agricultores y la tierra? «, y cuenta, asimismo, con una recolección de 25 años de investigación sobre el Tlcan, accesible en www.iatp.org/collection/nafta-portal.

Con sede en Minneapolis y oficinas en Washington, D.C. y Berlín, Alemania, el Iatp hace las conexiones para la justicia global y para asegurar sistemas de alimentación y agricultura y comercio justos y sustentables.

Prioridad: velar por el sector agroalimentario nacional.- Sagarpa
La Secretaría de Agricultura (Sagarpa) tendrá como prioridad velar por los intereses de los productores del sector agroalimentario nacional durante la primera ronda de negociaciones para la modernización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan) que inició hoy en Washington, Estados Unidos.

Así lo aseguró el titular de la dependencia, José Calzada Rovirosa, luego de asignar al coordinador general de Asuntos Internacionales, Raúl Urteaga Trani, como el enlace de la Sagarpa con el grupo que participará en la primera ronda de negociación del acuerdo comercial entre México, Estados Unidos y Canadá.

Calzada Rovirosa instruyó al funcionario federal para que en su calidad de enlace busque que prevalezca un mercado libre, justo y abierto para los productos agropecuarios y pesqueros, porque el sector agroalimentario es uno de los más dinámicos de la economía nacional, al generar más divisas que las obtenidas por el petróleo, las remesas o el turismo.

Urteaga Trani fue consejero comercial en la oficina Tlcan en Washington, por espacio de 13 años, donde trabajó en la implementación de dicho tratado hace más de 23 años.

Calzada Rovirosa reiteró que México ha sido un buen competidor en el Tlcan y aumentar el comercio internacional significa bienestar para las familias mexicanas, además de que los productores se han ido especializando en diversas actividades que les ofrecen mayor rendimiento económico, como la hortofrutícola.

A México le ha ido bien con el Tlcan, agregó, porque el comercio agroalimentario de nuestro país con Estados Unidos y Canadá, era de ocho mil 481 millones de dólares en 1994, cantidad que aumentó a 45 mil 959 millones de dólares en 2016, lo que significa un crecimiento comercial de 5.4 veces.

De esta forma, se pasó de un déficit en la balanza agroalimentaria de mil 297 millones de dólares con Estados Unidos, a un superávit de seis mil 890 millones de dólares en el mismo periodo; mientras que el déficit de 86 millones de dólares que se tenía con Canadá en 1994, se transformó en un superávit de 533 millones de dólares el año pasado, mencionó.

Durante un encuentro con jóvenes líderes del Grupo Colectivo Kybernus, aseveró que en el tiempo que ha estado vigente el Tlcan, se ha logrado avanzar en el desarrollo de la producción nacional y cambiar la producción de volumen a una generación de productos con valor agregado y consolidar un sector agroalimentario moderno y competitivo.

Agregó que este acuerdo comercial ha sido benéfico para los respectivos sectores agrícolas en la región de Norte América, además de que los consumidores también se han beneficiado con una creciente variedad de productos alimenticios inocuos y asequibles que se encuentran disponibles todo el año.

El acuerdo comercial también ha detonado la integración de cadenas productivas que incrementan la competitividad de la región y la complementariedad en el comercio de agroalimentos de los tres países.

Croc: pocos beneficios al campo mexicano

Guillermo Pimentel Balderas

El dirigente nacional de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (Croc), Isaías González Cuevas, consideró que el Tlcan tiene ventajas para el sector industrial, pero en el caso del campo son muy pocos los beneficios.

En entrevista, remarcó que es necesario invertir más en el agro nacional para elevar la producción de alimentos e incluso darle valor agregado, con lo que se fortalece la soberanía alimentaria y disminuir las importaciones de productos agropecuarios.

El líder obrero y campesino dijo que el Gobierno Federal debe buscar opciones para fortalecer la producción interna y la economía nacional no dependa del citado Tratado. Agregó que otra alternativa podría ser buscar mercados adicionales para que nuestro país tenga acuerdos comerciales con otros países y no sólo con Estados Unidos y Canadá.

Expuso que México debe continuar con los lazos comerciales en otros mercados, para no depender sólo de los vecinos del norte e insistió en la importancia de invertir más en el campo mexicano. “Hay que industrializar esos productos, para darle valor agregado y que el beneficio sea mayor”, subrayó.

México saldrá fortalecido: Luis Castro
En el marco del comienzo de las negociaciones para actualizar el Tlcan, el presidente de Nueva Alianza (Panal), Luis Castro Obregón, externó su confianza en que México saldrá fortalecido del proceso y destacó que así lo confirma el equipo mexicano de alto nivel que acompaña las pláticas con canadienses y estadunidenses, encabezado por el secretario de Economía. Idelfonso Guajardo Villarreal.

Se mostró convencido de que México encontrará nuevas oportunidades en la renegociación, vinculadas a la incorporación de nuevos temas y sectores: energía, comercio electrónico y varios que no han figurado, como el que propone Nueva Alianza, referido a la industria cultural.

Castro Obregón enfatizó que, desde su entrada en vigor en 1994, el Tlcan ha transformado las economías de la región, de ahí la importancia de que se ratifique y actualice a las circunstancias actuales de cada país firmante y de la economía mundial.

Manifestó que, si el gobierno de Trump insiste en formalizar dentro del acuerdo su objetivo declarado de reducir el déficit con México y Canadá o si la contraparte busca establecer aranceles sector por sector, ambos países deberían considerar levantarse de la mesa.

Externó que existe optimismo ante la posibilidad de que Estados Unidos no se retire del Tratado. «De concretarse su muerte, las reglas del juego económico cambiarían drásticamente», auguró.

Sin embargo, reconoció que no hay duda de que este peligro aparente se ha ido diluyendo “y las probabilidades de que el Tlcan acabe como una anécdota transitoria en la historia de nuestras relaciones con el norte, son mucho menores ahora”.

Rememoró las conclusiones de los especialistas y analistas participantes en el «1er Seminario para repensar el futuro ante el reto de la era Trump», recientemente organizado por Nueva Alianza, quienes abordaron el tema con las siguientes conclusiones: si el Tlcan se interrumpe, los perdedores son los tres países, ninguno gana y se provocaría estancamiento en la región norteamericana. Y, por el contrario, si se llega a un acuerdo adecuado de ganar-ganar para las tres economías, entonces se logrará impulsar el desarrollo económico y el dinamismo de la región.

Destacó la necesidad de exigir firmeza al gobierno mexicano e identificar las “líneas rojas” que no se deben traspasar con el objetivo de que México y Canadá también estén dispuestos a levantarse de la mesa; si no hay un trato digno y no hay viabilidad para el acuerdo, dijo.

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