La Secretaría de Cultura dio a conocer recientemente a los ganadores del Premio Nacional de Artes y Literatura 2017. En la categoría del campo de Artes y Tradiciones Populares, el premio le será entregado a Francisco “Chapo” Barnett Astorga, por su amplio trabajo con el pueblo Comcáac y sus conocimientos en plantas medicinales y otras tradiciones espirituales.

Nacido en Bahía de Kino, Sonora, el “Chapo” Barnett posee una vitalidad envidiable y un buen humor a toda prueba. Su lema cotidiano es tco cazzim iha (“todo está bonito”). Actualmente, vive en Punta Chueca–Socaaix por su nombre en lengua cmiique iitom o seri–, municipio de Hermosillo, Sonora.

En la década de los sesenta, su entusiasmo por la revitalización de los cantos y danzas de pascola le incluyó entre los seris o comcáac. Como muchos otros de su generación, Barnett Astorga guarda en su memoria la antigua forma de componer y cantar los hacaatol cöicoos (cantos de poder) y los icoos icooit o cantos de pascola, entre muchos otros, que ha transmitido tanto a sus hijos como a otros miembros de la comunidad.
Aprendió con el ejemplo de su padre los pasos para ser un haaco cama (especialista ritual, “hombre medicina” o chamán).

Tiene un profundo conocimiento de plantas medicinales, de piedras a las que se atribuyen virtudes mágicas; sabe los movimientos corporales necesarios (a veces al curar ejecuta una danza lenta) y, sobre todo, sabe los cantos que son el idioma de los espíritus.

Se ha convertido en una de las figuras más conocidas de la comunidad comcáac, tanto en el Estado de Sonora como en el país. Entre los comcáac, todos lo reconocen como uno de los mejores cantores de la comunidad y por ser autor de gran parte de los cantos que interpreta. Además de que admiran su esfuerzo por revitalizar, defender y difundir las expresiones que definen la identidad y la cultura del pueblo seri.

En el área de Lingüística y Literatura, el reconocimiento recayó en Alberto Ruy Sánchez, cuya trayectoria está respaldada por más de 30 libros de los que ha sido autor, coautor o editor, además de su importante labor de proyección de la cultura mexicana en su narrativa, ensayo y poesía.

El escritor sonorense estudió comunicación en la Universidad Iberoamericana y un posgrado en la Universidad Jussieu en París. Cursó filosofía en la Universidad de Vincennes, y literatura en la Escuela de Altos Estudios de París. Ha sido conferencista y profesor invitado en universidades de los cinco continentes.

Ruy Sánchez se dedicó cerca de 30 años a construir una obra literaria de largo aliento que fue publicada en cinco partes para reunirla en un volumen titulado Quinteto de Mogador, en el que confluyen varios géneros literarios.

Para dar unidad y diversidad a su proyecto, inventó una poética que se alimenta de las más antiguas y sofisticadas técnicas de los artesanos textiles de México, de cerámica y tableros de azulejo del mundo arábigo andalusí. Desde hace 29 años, codirige la revista y editorial Artes de México, en donde se ocupa de la cultura mexicana a través de la antropología y la estética.

En el campo de las Bellas Artes, el galardonado fue Nicolás Echeverría, comprometido de mostrar el México contemporáneo, principalmente a través de sus investigaciones indígenas.

Quien ha sido cineasta, documentalista, escritor, pintor y músico, nació en Tepic, Nayarit; realizó estudios de arquitectura en la Universidad de Guadalajara y de música, en el Conservatorio Nacional de la Ciudad de México. Estudió composición con Mario Lavista. Su carrera se desarrolló inicialmente en el cine documental, al que llegó por su interés en la magia, la religión y los ritos indígenas.

Ha sido reconocido por la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas con el Ariel de Plata al Mejor Documental por el cortometraje Teshuinada, Semana Santa Tarahumara (1979) y nominado, en cuatro ocasiones, en diversas categorías, por los cortometrajes Poetas campesinos (1980), El niño Fidencio, el taumaturgo de Espinazo (1981), por el filme Cabeza de Vaca (1990), así como por el largometraje documental Eco en la Montaña (2014).

En colaboración con Octavio Paz, en 1988 desarrolló Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe, documental que narra la vida de la religiosa mexicana, poeta y filósofa del siglo XVII. En 1991 filmó Cabeza de Vaca, su primer largometraje de acción, escrito en colaboración con Guillermo Sheridan, basado en Naufragios, libro de crónicas escrito por Alvar Núñez Cabeza de Vaca, cinta que le mereció la nominación al Ariel en la categoría de Mejor Ópera Prima.

En el campo de Historia, Ciencias Sociales y Filosofía el Premio fue para María de las Mercedes Guadalupe de la Garza y Camino, por su trabajo con instituciones culturales y la formación de profesionales en humanidades y ciencias sociales.

A lo largo de su trayectoria, ha contribuido al conocimiento de las civilizaciones mesoamericanas y de los grupos indígenas. Los ha proyectado al mundo, llevándolos a través de su obra escrita y de exposiciones a diversas latitudes del globo, hecho que la convierte en digna embajadora en activo del legado maya y náhuatl, así como de nuestra identidad mexicana.

En su carrera destacan la investigación y la docencia, así como una constante preocupación por la difusión del saber. Ha llevado a cabo tareas institucionales y directivas en el Instituto de Investigaciones Filológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México y en el Museo Nacional de Antropología.

Cursó las carreras en letras hispánicas e historia, siendo en esta última disciplina en la que obtuvo los grados de licenciatura, maestría y doctorado. Su formación filosófica la obtuvo bajo la enseñanza de catedráticos como Luis Villoro, Eduardo Nicol y Miguel León-Portilla. También ha participado en al menos 31 libros, de los cuales 15 son de autoría propia y 16 más en coautoría, como coordinadora y de editora. A dicha obra se añaden cerca de 200 publicaciones como artículos, capítulos, artículos in extenso y otras publicaciones.

Desde hace 70 años, el Premio Nacional de Artes y Literatura 2017, se otorga a quienes por sus producciones o trabajos docentes de investigación o de divulgación, hayan contribuido a enriquecer el acervo cultural del país o el progreso de la lingüística y la literatura, las bellas artes, la historia, las ciencias sociales, la filosofía y de las artes y tradiciones populares, así como de las expresiones artísticas en general.

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