Lujuria, Pereza, Gula, Ira, Envidia, Avaricia, Soberbia, son el orden en que tradicionalmente aparecen los llamados «Pecado Capitales».

«Es difícil  resistir la tentación de la soberbia. Buscar aún más aplausos de parte del público. La soberbia es lo más peligroso para un intérprete…»

Claudio Arrau. 1

                (Hay una interesante cadena de intérpretes y compositores maestro/discípulo en lo correspondiente a la historia de la música en lo referente al piano: de Ludwig van Beethoven a Carl Czerny a Franz Liszt a Martin Krause a Claudio Arrau… Martin Krause (por cierto, maestro también de Manuel M. Ponce [1882-1948]) alguna vez expresó —y es frase repetida en toda mención del maestro sajón— con respecto a Claudio Arrau: «Este niño ha de ser [será] mi obra maestra.»)

—o—

En el año del 375 d.C. (aunque ya había antecedentes de ello con Cipriano de Cartago, Juan Cassiano, Columbano de Luxeuil, Alcwin [Alcuino] de York…) el monje Evagrio Póntico (“el solitario”) asentó “Las ocho tentaciones del alma” (o “Los ocho vicios del alma”), enlistado al que, dos siglos después, el Papa Gregorio I (denominado “el Grande” —540-604 n.e.—), al eliminar “la tristeza” redujo a siete con el nombre de “Pecados capitales” y de entre ellos sentenció: “La soberbia es la semilla de todos los pecados”.

La cuna del vocablo le da sentido positivo («ésto es soberbio») y el tiempo y su traslado a otras situaciones le imponen un contenido negativo para alejarlo de su sinonimia con respecto orgullo, por “ese” algo que uno es o por ser quien uno es.

Aunque discutible, es afirmación general que la soberbia es el principio de la rebelión de los arcángeles y su lamentable caída narrada poéticamente por John Milton. Socialmente, a los seis pecados capitales que le anteceden en el enlistado les atempera un grado más o menos aceptable en sociedad aún cuando lo exacerbado en sus manifestaciones condenan al desprecio y burla al poseído por ellos, pero, en cuanto a la soberbia hay consenso de rechazo inclusive en los atacados por la arrogancia, altanería, altivez, endiosamiento,  engreimiento, fatuidad, impertinencia, inmodestia, jactancia, orgullo, pedantería, presunción, suficiencia, vanidad…, términos generalmente aparecidos a manera de espejos hermanos, algunos de ellos hasta tomados jocosamente y motivo de burla para el afectado; pero, la soberbia, con la carga negativa que le adjudicamos a esa posición en la vida y ante los demás, a más de reprochable es motivo de repudio y oposición franca. La soberbia como tal no lleva a nada por contenerse en el «yo» por centro y generador, origen y fin del todo y, con la fantasmagoría de su “perfección”: surge la ignorancia.

En su diccionario, la Real Academia Española determina: «»Del latín superbia. 1.- Altivez y apetito desordenado de ser preferido a otros. 2.- Satisfacción y envanecimiento por la contemplación de las propias prendas con menosprecio de los demás. 3.- Exceso en la magnificencia, suntuosidad o pompa, especialmente de un edificio. 4.- Cólera e ira expresadas con acciones descompuestas o palabras altivas e injuriosas…» 2

«La palabra soberbio viene del latín superbus (el que está por encima, altanero), con una sonorización de la p intervocálica. Superbus es un derivado de super, adverbio, preposición y prefijo que significa ‘por encima’. De él se derivan muchas palabras latinas, algunas de las cuales nos han quedado: superar, superior, insuperable o supremo. También yace este elemento léxico en la gran cantidad de palabras prefijadas con super: superviviente, superlativo, etc[étera] o con sobre, que es la versión patrimonial del prefijo latino super: sobreponerse, sobreseído, sobresalto, etc[étera].» 3

«Soberbia y orgullo, es un sentimiento de valoración de uno mismo por encima de los demás. Otros sinónimos son[:] altivez, altanería, arrogancia, vanidad etc[étera]. El principal matiz que las distingue está en que el orgullo es disimulable e incluso apreciado cuando surge de causas nobles o virtudes, mientras que [a] la soberbia se la concreta con el deseo de ser preferido por otros, basándose en la satisfacción de la propia vanidad, del yo o ego.» 4

«Tengo tres perros peligrosos: la ingratitud, la soberbia y la envidia. Cuando muerden dejan una herida profunda.»

Martin Lutero. 5

—o—

                El soberbio es un pequeñajo ciego e indolente con gesto agrio montado sobre el hombro de un gigante yacente en el espejo.

«…Las severas condiciones

de su tormento, las inclina al suelo,

tanto que ver no puedes sus facciones…» 6

                Sigamos de lejos a Erich Fromm 7. El ser humano al obrar en consciencia definirá con sus actos si tal consciencia es la propia y auténtica o es la consciencia socio-cultural; si corresponde a la consciencia, de aquella que es la expresión del interés propio y su integridad humana o la consciencia autoritaria de la obediencia en el círculo de su grupo inserto en la sociedad de su localidad y ésta en el concepto de Humanidad.

«La palabra orgullo puede tener connotaciones negativas y positivas, sin embargo, la palabra ‘soberbia’ específicamente tiende a asociarse con las ideas más negativas relacionadas con el orgullo. Estas son características como falta de empatía hacia los demás, creencias de superioridad que implican que los otros son inferiores, actos egocéntricos y desconsiderados, así como otras conductas e ideas similares. La soberbia es un sinónimo que se acerca más a las palabras arrogancia, altanería y vanidad, todo con sentido negativo.

«La persona se considera soberbia si actúa de forma condescendiente hacia los demás, tratándolos como si fueran inferiores, con desprecio, con distancia o con frialdad. Se puede considerar que tiene una conducta narcisista y una percepción de sí mismo como mejor. Puede exaltar sus propios logros y devaluar los logros de otros. Una posibilidad es que la persona soberbia no tenga relaciones cercanas o que no sea del agrado de otras personas, lo que puede llevar al aislamiento.» 8

La soberbia estruja el pensamiento humano. Corresponde a la posesión de un ideal pasivo sin crecimiento, de ser más un «yo» estático sin vestigio de una meta de perfección surgida de las cualidades y virtudes personales, resulta un factor positivo cuando es búsqueda, cuando rebasa esforzadamente las propias capacidades. Cuando niega la razón y es quietud resulta nefasta para el propio ser y para quienes cohabitan con él; cuando es discurso sin apoyo en hechos.

En el listado de los siete pecados capitales, el orden de exposición varía en las fuentes consultadas. La soberbia, puesta al final o colocada al principio establece que en todos los siguientes o en todos los precedentes acompaña al pecado referido: de esta manera entendemos que no hay Lujuria, Pereza, Gula, Ira, Envidia, Avaricia sin el basamento de la Soberbia y la Soberbia misma, por ser lo que es y expresión individual, normalmente transita en solitario.

“La soberbia no es sólo el mayor pecado según las escrituras sagradas, sino la raíz misma del pecado. Por lo tanto de ella misma viene la mayor debilidad.

“No se trata del orgullo de lo que tú eres, sino del menosprecio de lo que es el otro, el no reconocer a los semejantes…” 9

La soberbia, aun disfrazada de su opuesta, la humildad, daña a todos y con sordina al poseído cuya visión sin horizonte jamás comprenderá —por su inmovilidad— el motivo de su soledad ignorante de que, a hurtadillas, es el hazmerreír de sus aduladores.

«… ¿Tú también enfermaste como nosotros, y como nosotros fuiste?

… ¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! …»

Isaías 14: 10-12

1.-Afirmación de Claudio Arrau León en la última entrevista para la televisora austriaca poco antes de sufrir las molestias que lo llevarían a una intervención quirúrgica y su posterior fallecimiento el domingo 9 de junio de 1991 en Mürzzuschlag (Austria) y sus restos transportados a su natal Chile para su sepultura en el cementerio de la Ciudad de Chillán, cuatro días después (jueves 13 de junio de 1991).  Noticias Canal 13, República de Chile. Disponible en youtube.
2.- dle.rae.es visitado el 22 de septiembre del 2017.
3.- etimologias.dechile.net  visitado el 22 de septiembre del 2017.
4 y 5.- lexicoon.org/es visitado el 22 de septiembre del 2017.
6.- Purgatorio 100-120. Castigo de los soberbios, página 263. La Divina Comedia de Dante Alighieri, versión en verso castellano de Bartolomé Mitre, Buenos Aires. Centro Cultural «Latium», 1922.
7.- Erich Fromm. Ética y Psicoanálisis, 1947. Fondo de Cultura Económica, México, 1953.
8.-  Definición de soberbia.  definicion.mx Visitado el 22 de septiembre del 2017.
9.- Fernando Savater. Los siete pecados capitales. Inicialmente fue una serie de pláticas grabadas para la televisión argentina, posteriormente la Editorial Sudamericana las integró en un volumen, con el mismo título, impreso y publicado en el año del 2005.

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