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En las dos últimas décadas, el gusto de los estadounidenses por el anime y el manga —los dibujos animados y los cómics japoneses— ha aumentado de manera exponencial, atrayendo a seguidores de todas las edades y dejando una huella imborrable en la cultura estadounidense.

En Japón, tras la Segunda Guerra Mundial, el manga y sus numerosas historias de acción en ciencia ficción señalaron el camino hacia un nuevo futuro. El ilustrador Osamu Tezuka es considerado el padre del manga moderno. Estableció el estilo y el tono que aún son evidentes en la actualidad, con historias de aventuras sobre el futuro y sobre otros mundos, algunas de las cuales hablan sutilmente sobre los tiempos en los que fueron escritas.

Su creación más famosa, Astro Boy, trata sobre un poderoso robot que lucha contra la injusticia.

“Tezuka estaba muy influenciado y entusiasmado por la cultura occidental”, sostiene Ada Palmer, profesora de Historia de la Universidad de Chicago y experta en lo referente a Tezuka y la historia del anime. El padre de Tezuka creía firmemente que la prosperidad futura de Japón dependía de la asociación de este país con Estados Unidos. Por ello, crió a su hijo rodeado de imágenes estadounidenses. “En las historias siempre aparecen pacíficos científicos occidentales que actúan como colaboradores. Ese era el futuro que él imaginaba”.

Al igual que muchos otros creadores de manga, Tezuka transformó su creación en una serie animada en la década de 1960. “Desde el principio, la diseñó para su exportación”, afirma Palmer.

Muchas otras series de anime alcanzaron el éxito en Estados Unidos en las siguientes décadas, incluidas las series de aventura para niños como Gigantor (El hombre de acero), Eitoman (El octavo hombre) y Speed Racer (Meteoro). Pero no fue sino hasta la década de 1990 que el anime se convirtió en un gran foco de interés para los seguidores estadounidenses.

Una manera de cuantificar la popularidad de un anime es observar el crecimiento masivo de la participación del público en las convenciones de todo el país. Durante la primera edición de 2002, los organizadores de Anime Boston esperaban una participación de 500 personas. Sin embargo, 2,000 aficionados asistieron al evento. Recientemente, estos eventos han atraído a más de 20,000 personas. El acontecimiento más grande del mundo del anime en Estados Unidos es la Anime Expo, la cual se lleva a cabo en el Centro de Convenciones de Los Ángeles y cuenta con la participación de más de 100,000 personas en cada edición.

En las últimas dos décadas, las series importadas de anime como Pokémon, Sailor Moon y Ataque a los Titanes alcanzaron grandes audiencias en Estados Unidos. Del mismo modo, las versiones en inglés de las películas del animador Hayao Miyazaki, distribuidas a través de la compañía Walt Disney, atrajeron a niños y adultos. En 2001, su película El viaje de Chihiro obtuvo el Óscar a la mejor película de animación.

El amor de los estadounidenses por el anime también ha impulsado la producción nacional. De acuerdo con Palmer, Matrix, una película con una enorme influencia, incluyó en su estética mucho del estilo y tono del anime. El ganador del Óscar Quentin Tarantino también utilizó una secuencia extendida de anime como recurso para contar la historia de uno de sus personajes en su película de acción Kill Bill: Vol. 1.

En los últimos años, Hollywood ha creado versiones en vivo de historias de manga y anime como Ghost in the Shell y Oldboy, intentando capturar esas formas de energía y creatividad del mismo modo en que Tezuka utilizó los modelos occidentales para sus primeros animes.

“Yo lo describiría como una especie de intercambio, un ir y venir”, sostiene Palmer. “El contacto y la exportación culturales no se tratan tan sólo de dinero; implican establecer una relación positiva entre los países de modo que haya un futuro pacífico y productivo”.

¿Qué son los anime y el manga?
En Japón, “anime” es simplemente la abreviatura de “animación”. Sin embargo, fuera de este país, el anime se refiere al particular estilo japonés de animación. Por lo tanto, mientras que las animaciones de cualquier parte del mundo en Japón se denominan “anime”, en los demás países este nombre se refiere a las animaciones japonesas.

Asimismo, para los japoneses, “manga” significa todos los cómics y dibujos animados. Esta palabra se forma a partir de dos caracteres japoneses: “extravagante” y “dibujo”. Fuera de Japón, sin embargo, el manga identifica el estilo japonés de cómic creado para niños y adultos.

Un gran porcentaje de animes son adaptados de los libros de manga existentes, mientras que algunas series exitosas de anime son adaptadas a versiones de manga.

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