México está realizando un cambio profundo en el rescate, atención y promoción de los grupos indígenas del país, al sumarlos al desarrollo nacional mediante la capacitación y el trabajo formal, lejos del tradicional asistencialismo que le caracterizó durante muchas décadas y que los mantiene en la postración social y económica.

Tal es el caso de la cooperativa Chicomoztoc, ubicada en Cuetzalan, Puebla, región del norte y nororiente de esta entidad, caracterizada por su alta marginación socio-económica, cuyos integrantes dedican sus esfuerzos a elaborar aceites esenciales de plantas de la comarca.

Se trata de actualizar y poner al día los conocimientos ancestrales en materia de aromaterapia que, por lo pronto, comercializarán en los mercados nacionales y franceses con vistas a extender su venta a otros países europeos y americanos, donde existen una amplia demanda de estos productos.

Apoyados por el empresario y aromaterapeuta galo Chistian Escriva y con el financiamiento de la Coordinación de Fundación Produce Puebla, estos nahuas poblanos dieron su primer paso al prever exportación de aceites esenciales esenciales de canela, pimienta, romero, estafiate, tomillo, albahaca, hierba santa, telimón y manzanilla a Francia.

Julia Bautista, presidenta de la cooperativa citada, fue enfática al señalar que no se trata de diezmar esos vegetales y arrasarlos, como ha sido el caso de otras variedades que caen en manos de la comercialización exagerada, sino darles una explotación sustentable que, al mismo tiempo, genere riquezas a la población.

En este mismo sentido se manifestó Escriva quien rechazó el uso de la biotecnología para replicar aromas en sus productos de belleza o de salud, como lo hacen algunas empresas de clase mundial en sus productos, sino mantener la calidad de los olores originales como un agregado de valor comercial.

Los precios de esos productos, a nivel nacional, oscilan entre los 150.00 a 400.00 pesos, según el aroma deseado. Todos vienen con sus especificaciones para tratar algunos problemas de salud comunes entre la población mundial.

Este paso en la nueva política de atención a grupos étnicos se suma a los programas de productos orgánicos, como el café, que, igualmente, tienen una gran demanda en los mercados internacionales.

El antecedente más remoto de esta nueva visión del rescate socioeconómicos de los pueblos sumidos en la pobreza se tuvo con la creación de la empresa Candelilla, S. A. de C. V., que agrupó a los recolectores de esta planta silvestre del norte nacional para lanzarlos a la exportación de su materia prima, en este caso, o sus derivados, como es el de Chicomoztoc.

México está en el grupo de países megadiversos y la población, por lo general, recurría a la explotación de sus recursos naturales para la sobrevivencia económica, situación que el gobierno federal complementaba con los programas asistencialistas, cadena que ahora se trata de romper para que los grupos indígenas no sólo sean sujetos de los beneficios sociales (muchos de ellos de carácter político electoral), sino convertirlos en actores de su propio desarrollo.

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