El porqué del fracaso en la educación indígena

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Reproducir la enseñanza de las ciencias en las comunidades indígenas tal como la conocemos y la aprendemos en las escuelas, es realmente imposible, advirtió Laura Elena Sotelo Santos. El problema radica en que en los 60 dialectos que registra el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (Inali) existen conceptos que en los programas educativos de occidente no están presentes o no significan lo mismo que en las lenguas indígenas.

“La educación en México tiene un programa educativo que, si bien podríamos decir que está unificado, no es incluyente ya que está diseñado solo para un tipo de población y no considera la multiculturalidad de nuestro país”, dijo la especialista en entrevista para el Foro Consultivo Científico y Tecnológico.

De este modo, en algunas lenguas no se puede contar en abstracto como por ejemplo: 1, 2, 3 etcétera, sino que se necesita contar algo concreto: árboles, mesas, etcétera. Incluso, las lenguas indígenas tienen un tipo de vocablos llamados clasificadores —explicó— en donde si vas a enumerar algo, se especifica si es un ser animado o inanimado. “Ese ejemplo nos da una visión del mundo muy distinta a la que nosotros tenemos y es pertinente preguntarnos ¿Es posible enseñar las matemáticas así como las aprendimos según la enseñanza occidental? La respuesta es no”.

Hay sonidos que no se pueden registrar con nuestro alfabeto, dijo, sonidos que solo existen en su alfabeto. Los retos que México debe enfrentar es identificar las lenguas, sus características y analizar cómo se pueden escribir para diseñar todo un programa de enseñanza. El Inali reconoce 60 dialectos, pero investigadores del Centro de Estudios Mayas hablan de más de 100, y no es que sean nuevos dialectos, sino que son variaciones de los 60 hasta ahora registrados. Así, la enseñanza de la ciencia implica un cambio de paradigma, obliga a adaptarte a nuevas cosmogonías para poder considerar la educación científica en las diferentes comunidades, advirtió la especialista en estudios mayas.

Estamos frente a un problema tan complejo y extenso que solo queda mirar ambas caras de la moneda y diseñar un programa educativo con humanismo; es decir todos tenemos derecho a hablar nuestra lengua materna, podríamos imponer el español o podríamos diseñar un programa científico que sea incluyente construido en la lengua indígena, propuso la investigadora social.

Además, al enviar a los niños indígenas a las escuelas se produce una fragmentación social pues se rompe con la cadena de educación indígena y los jóvenes no pertenecen ni a una ni a otra tradición, les faltan referencias de identidad, no caben en sus comunidades ni tampoco en el mundo urbano occidental y globalizado del siglo XXI.

“Estamos ante una encrucijada cultural de carácter global que nos hace pensar ¿Se debe privilegiar la educación escolarizada que imparte el Estado mexicano por encima de la educación indígena?”, concluyó la investigadora.

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